A pesar de ser una famosa escultura de más de 500 años de antigüedad que ha sido tanto estudiada como referenciada en múltiples áreas de las artes y la ciencia ha sido gracias a la acertada observación de un cardiólogo que hemos podido descifrar un detalle más en la mente de un genio como lo fue el escultor y pintor italiano Miguel Ángel Buonarroti.
El cardiólogo Daniel Gelfman del Marian University College of Osteopathic Medicine en Indianapolis fue quien reparó en la evidencia de la presencia de la vena yugular en varias de las esculturas de Miguel Ángel entre la que destaca el David, que esculpió en referencia a la historia bíblica de David y Goliath, y que evidenciarían el conocimiento empírico por parte del escultor italiano.
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Lo que más a sorprendido a los expertos es que el conocimiento de como funciona esta vena, en particular el hecho de que esta se hincha en situaciones emotivas, no fue documentado por la medicina sino hasta 124 años después de que Miguel Ángel terminara esta escultura de David.
Al igual que sus contemporáneos Miguel Ángel contó con entrenamiento anatómico el cual sin duda le permitió entender la relación entre el comportamiento de la yugular con los momentos de excitación espontánea. Esta mecánicas del sistema circulatorio no serían descritas sino hasta 1628 por el anatomista y médico William Harvey.
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Otra escultura de Miguel Ángel que cuenta con el detalle de la yugular es la de Moisés ordenada por el Papa Julius II en el año 1505. Esta creación del pintor italiano hace referencia al momento en que Moisés retorna del Monte Sinai tras recibir los Diez Mandamientos.
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