Anciano de 74 años asesina a su hijo drogadicto; "nos hacía vivir un infierno”

El hombre desesperado narró que todos sus intentos por ayudar a su hijo con su problema de drogas fracasaron. Lo asesinó de un escopetazo.



Un hombre de 74 años asesinó a disparo de escopeta a su hijo de 44 años, alegando que su primogénito era un adicto a las drogas, lo cual acarreaba demasiados problemas a su familia, en Berisso, Argentina.

Su hijo era un adicto a las drogas

-El hombre de 74 años, identificado como Mario Zermoglio, mató a su hijo Fernando de un escopetazo porque, dijo, estaba agobiado y cansado de soportar las consecuencias de la adicción a las drogas y los reiterados episodios de violencia y crímenes en los que se involucraba su hijo.

Vecinos del barrio Nueva Hermosura avisaron a la Policía sobre el asesinato, cuyos elementos llegaron al lugar de los hechos para encontrarse a Fernando tendido a un costado de un automóvil y con un impacto de bala en el hombro. Había muerto, confirmaron los médicos de emergencias.



Al lugar del hallazgo llegó el padre de la víctima, quien solamente dijo que su hijo “estaba metido en muchos líos. Seguro fue un ajuste de cuentas”. Al cotejar los registros de la policía, los oficiales encontraron que Fernando tenía más de 20 denuncias por violencia de género con diferentes parejas, además de varias acusaciones por robos.

Un video registrado por la cámara de seguridad de uno de los vecinos captó a un hombre de características físicas similares a las de Mario Zermoglio en el momento en el que se acerca al auto, y al momento en que se abre el portón de la casa dispara una escopeta.

Tras esta evidencia, fue ordenado el allanamiento de la vivienda del sospechoso, ubicado a menos de 300 metros del lugar del asesinato. Al ingresar en el domicilio, los agentes hallaron una escopeta calibre 16 de un solo caño marca Brenta, cartuchos sin usar y otros elementos de prueba.

Al ser llamado a un interrogatorio, Zermoglio padre confesó: Mi hijo se droga desde los 15 años. Nunca pudo dejar la adicción. Hizo todo tipo de desastres, nos robaba, nos amenazaba y una vez nos quiso apuñalar. Nos hacía vivir un infierno”, narró el ahora imputado por homicidio agravado.

Zermoglio es jubilado, su esposa está casi inmovilizada por una enfermedad y viven con un hijo esquizofrénico. Todos sus intentos por ayudar a su hijo con su problema de drogas fracasaron. Contó que un año antes le regaló un coche para que se dedicara a se remisero (taxista), pero poco después este apareció incendiado.

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