Una mujer afirma que los hombres encuentran irresistible el olor de ella y todo se debe a que se frota el aroma de la vagina en su cuerpo, incluso la llama su "poción de amor".
-Shan insiste en que todos deben usar el perfume de sus partes íntimas como perfume, ya que cree que crea un aroma de intriga para los potenciales pretendientes.
El gurú del amor ha publicado recientemente un libro titulado "El juego del deseo: 5 secretos sorprendentes para dominar y obtener lo que quieres", que está lleno de sus consejos extravagantes sobre cómo tener una cita exitosa.
En una entrevista para medios locales, ella explicó que las excreciones vaginales funcionan como una poción de amor que encanta a los hombres.
Ella dijo: "He aquí la razón; a menudo me piden que confirme o niegue el mito de que comer una cantidad excesiva de piña hará que alguien sepa mejor durante el sexo oral. Mi respuesta es, si crees que eso hace que sepa mejor, entonces funciona absolutamente”.
Esto puede deberse a que contiene feromonas que atraen a otros, pero también podría deberse a los fluidos corporales les dan a las mujeres ese impulso adicional de confianza que necesitan.
Shan argumentó: "Independientemente de si las feromonas vaginales realmente hacen que una persona sea irresistible o no, el hecho de que pienses que lo hace, hará que actúes de una manera más audaz y segura".
Esto es algo que Shan ha seguido durante la última década como técnica. Ella afirma que los admiradores luchan por resistirse a su perfume no convencional, que se frota en el cuello, la clavícula y las muñecas.
A pesar de esto, ella admite que los resultados han sido mixtos y algunos extraños no reaccionan en absoluto ante su olor.
La sexóloga dijo que este parecía ser el caso cuando probó la teoría en cuatro mujeres. Ella instruyó a los participantes a "aplicar su fluido vaginal en sus cuellos, mejillas y muñecas", luego los envió a la ciudad para una noche de coqueteo.
Algunas de las damas sintieron que los hombres estaban "inclinándose más cerca de ellas" y Shan dice que un hombre incluso fue a olisquearle el cuello.
Shan concluyó: “He usado esta técnica innumerables veces en los últimos diez años y he tenido resultados mixtos: a veces las personas acuden a mí, a veces no noto la diferencia”.
"Entonces, aunque no estoy segura de cuán efectivo es este experimento, estoy segura de que cada vez que lo empleo, me hace sentir como una diosa encantada con un delicioso secreto", concluyó.
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