Historias de terror: Arranca almas - Imperio Noticias

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Historias de terror: Arranca almas

Vi la sangre brotar de mi muñeca derecha y mis mejillas se humedecieron... esta historia de terror no debes dehjar pasarla como cualquier otra.

Historias de terror: Arranca almas

Muchas personas aseguran oír voces, sentir escalofríos, ver espíritus, pero nunca se dan cuenta que el real horror esta frente a nuestras narices, les hablare de los «arranca-almas», les contaré mi historia:

Arranca almas



-Era una noche muy oscura y húmeda, había llovido hace rato. Yo me escondía debajo de mi cobija, mis lagrimas caían sobre mi almohada mientras yo estaba en posición cucharita, haciéndome bolita sobre mi cama. Era el día anterior a un nuevo año escolar, el primero en mi ciudad, acababa de mudarme y esto no era fácil para mí, no me ayudaba la ausencia de mis viejas amistades, mucho menos la discusión de mis padres en la cocina.

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Tenía miedo, mucho miedo, ¿qué tal si nada sale como creí? ¿Y si todos terminan haciéndome mal como en la otra escuela? No me respondí mis desesperadas respuestas de frustración, me quedé dormida.

-Lizzie, llegarás tarde a la escuela, no querrás hacerlo en tu primer día.

Daba igual.

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-Ya voy, mamá.

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Siempre había tenido la habilidad de levantarme inmediatamente de la cama, era como un superpoder. Me aliste con manos temblorosas y al terminar, mi papa me acompaño a la escuela. Me miré por el espejo electro visor, me dije que iba a ser un buen día. Mal.

Historias de terror: Arranca almas

Llegue al colegio, las personas me miraban mal, muy mal, sentía como si me comían con sus miradas. Y se preguntarán lo que estarían mirando. No era nada más y nada menos que mi estatura, mi burlona y baja estura de minion, literal.

Historias de terror: Arranca almas

Terminé con heridas en mí. ¿Físicas? No, peor. Me habían herido con sus palabras, todos. Las burlas subían día a día, y mis notas bajaban como mis ganas de vivir. Necesitaba ayuda, una mano, al menos una palabra amigable. Pero no, nada, eso me hacía sentir peor. Mis padres no estaban en casa, siempre salían temporalmente debido a sus trabajos y cuando llegaban, ni siquiera se acordaban de mi estúpida existencia y fue cuando me pregunte: ¿valdrá la pena seguir? Sí, pero en mi caso era un no absoluto, y fue ahí donde comencé a rasgar mis muñecas como de una hoja de papel se tratara.

historia de terror

Cortarme se había vuelto una costumbre, como escuchar las palabras negativas de las personas cada día, pero nunca había podido superarlas, me seguían doliendo. Era un fastidio vivir con eso, como si mi vida dará vueltas y vueltas.

Muy pronto las cosas que antes amaba dejaron de gustarme, deje de sonreír, excepto esa vez que me habían llevado a psicología por mi extraña actitud y bajas calificaciones, pero a esas personas en verdad no les importaba, la verdad era solo un deber.

Los días se volvían eternos. Un día me llenaron de barro, llegue a casa llorando, no había nadie, nadie que me consolara… “estoy sola” pensé. Si me fuera, ¿Quién lo notaria? Si me quedo, dejaría de causarle la molestia a todos en el colegio, dejaría de causarle preocupación falsa a la psicóloga estudiantil, dejaría de hacerle gastar dinero a mis padres por la comida, mi ropa, mi educación que no llegaría a nada por mis notas entonces pensé “¿Por qué debería yo seguir viviendo?”

Me dirigí a la cocina y agarre la primera cuchilla que vi, me fui a mi cama y me senté reflexionando y estando consciente de lo que estaba a punto de hacer, dejando la cama llena de barro. “Esto no es por mí, es por el bien de todos”

El frio contacto de la cuchilla rozo mi piel, mi sangre corría a gran velocidad y mi respiración empezó a acelerarse. Vi la sangre brotar de mi muñeca derecha y mis mejillas se humedecieron. La sangre cayo sobre mi uniforme, la sangre se ligó con el barro, apreté mis labios soportando el dolor que poco a poco desaparecía Mire el techo, esperando a mi fin llegar, cuando llegó, cerré los ojos para nunca abrirlos jamás… nunca, jamás.

Vivimos en un mundo en donde los verdaderos transportes de terror es la sociedad, los verdaderos destructores del mundo, los verdaderos arranca-almas. Casi el cien por ciento de los suicidios en adolescentes se debe a las burlas de la sociedad y es por eso que, según muchos, somos llamados “arranca-almas” tu podrías no serlo, cambia el mundo, vívelo, ayuda, aconseja, no seas como ellos, ellos son los verdaderos monstruos.

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