Tal ves es mucha ciencia lo que ellos hacían a su manera, pero que sinceramente te ponen los pelos de punta, los cuales no respetaban la vida humana ni tenían una gota de ética, sintiendo incluso placer al torturar a humanos y animales. Es por eso que el día de hoy te traemos la 2da parte de "Los 10 científicos más malvados de la historia".
2da parte de los 10 científicos más malvados de la historia
-Científicos del estudio Tuskegee.
Aquí un grupo llevó a cabo un experimento cruel, ya que querían estudiar la sífilis en toda su evolución, hasta que el paciente muriera. Por eso reclutaron a 399 personas de raza negra que tenían sífilis, los engañaron para que no obtuvieran el cuidado médico que necesitaban. Así, bajo mentiras, observaban el sufrimiento hasta el final, para luego hacerles la autopsia
Robert Oppenheimer.
El Doctor J. Robert Oppenheimer de nacionalidad norteamericana fue el físico que inventó el arma letal más poderosa de todos los tiempo, él hizo la bomba Atómica. . Robert Oppenheimer era uno de los directores del Proyecto Manhattan, nombre clave que usó Estados Unidos para la investigación que llevó al desarrolló de la bomba atómica lanzada sobre Hiroshima y Nagasaki.
Harry Harlow.
Dedicado a estudiar los lazos afectivos y emocionales entre monos, debido a sus crueles experimentos Harlow, desarrolló todo tipo de herramientas para torturar a estos animales, comunmente eran bebés, desde cambiar a sus madres y reemplazarlas por estructuras crueles y que les causaban dolor, hasta aislarlos en cajas durante un año. Para él así es como conocían el amor.
Shiro Ishii.
Japonés al que se le describe como pura maldad. Shiro Ishii, fue el encargado de la unidad de armas biológicas durante la Segunda Guerra Mundial. Este hombre hacía disección de personas vivas, incluyendo mujeres embarazadas, amputaciones de extremidades a prisioneros, congelamiento de gente en vida.
experimentos
Joseph Mengele.
Basta con escuchar su nombre para pensar en la maldad humana. Este hombre era un médico que, durante el Tercer Reich se dedicó a realizar experimentos crueles con los prisioneros en los campos de concentración en Alemania. Obsesionado especialmente con los gemelos, el también conocido como “Angel de la Muerte,” actuaba con mucha frialdad, sin respeto por el dolor. En varias ocasiones cosia a gemelos por la espalda como si hubiesen sido siameses esperando a que les saliera gangrena y así murieran lentamente.
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