¿Genialidad arquitectónica o fruto de una imaginación desmedida? En la localidad californiana de San José (California) se levanta, rodeada de bellos jardines, una gran mansión que si bien desde el exterior no parece nada fuera de lo corriente, encierra en su insólito interior numerosos misterios alimentados a lo largo de la historia.
La leyenda que rodea a la misteriosa mansión
-Uno de los mitos que envuelven la construcción de la famosa “Mansión de Sarah Winchester” es que los carpinteros trabajaron durante 38 años las veinticuatro horas del día para construirla. Según esta historia, la casa estaba llena de rarezas, desde escaleras que no llevaban a ningún parte, habitaciones secretas y vacías.
Cuenta la leyenda que en la mansión que Sarah, viuda del empresario William Wirt Winchester (famoso por tener una de las empresas de fabricación de armas más importantes de Estados Unidos), ordenó construir penaban las almas de las víctimas que fueron abatidas por sus rifles durante la Guerra de Secesión.
Se sabe que Sarah se puso en contacto con una médium porque, según se dijo, comenzó a sentir que la perseguían, aunque lo más probable es que quisiera contactar con su difunto esposo. La pitonisa le dijo a Sarah que su familia había sido maldecida a causa de todas las muertes que habían causado las armas fabricadas por los Winchester.
Tiempo después Sarah compró una casa prácticamente en ruinas en la localidad de San José en la que, durante los treinta y ocho años siguientes, y hasta el día de su muerte, se dijo que edificó sin descanso. El resultado fue una imponente mansión de cuatro plantas (surgida de su propia imaginación).
El impresionante resultado de la construcción fue más de 161 habitaciones, 467 puertas, 47 chimeneas, dos salones de baile, 10.000 paneles de vidrio, seis cocinas, 40 escaleras, 52 tragaluces, dos sótanos e incluso con una ducha de agua caliente, calefacción central y tres ascensores.
La leyenda afirma que Sarah pensaba que manteniendo la casa en permanente construcción ningún fantasma podría instalarse en ella. Se ha llegado a decir que, con el tiempo, las órdenes que Sarah daba a los obreros se fueron volviendo cada vez más disparatadas.
Se dice que la mujer empezó a temer a los fantasmas y para despistarlos y que no pudieran localizarla dentro de la casa hizo construir los laberínticos pasillos, las escaleras que no conducían a ninguna parte y las puertas que daban al vacío. Sin duda una construcción sumamente misteriosa.
Parece ser que Sarah tenía una obsesión con el número trece y éste se repetía en el número de cúpulas del invernadero, en los paneles de cristal de las ventanas y en las paredes de madera. Muchos tramos de escaleras tenían trece peldaños y el número de candelabros siempre sumaban trece.
Mansión de Sarah Winchester
En cuanto a los verdaderos motivos de Sarah Winchester para construir su extraña casa venían de su padre, un carpintero que amasó una pequeña fortuna construyendo ambulancias durante la guerra. La mansión de San José tan sólo era el "taller" en el que la señora Winchester ponía en práctica todas sus ideas.
En la actualidad la “Mansión de Sarah Winchester” es un Monumento Nacional en Estados Unidos y los visitantes pueden explorar sus recovecos y sus pasadizos a través de visitas guiadas en las que se aconseja no salirse del camino oficial, ya que uno puede perderse en sus laberínticos pasillos y no encontrar la salida.
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