Santoral católico: Santas Justa y Rufina, dos mujeres torturadas hasta la muerte - Imperio Noticias

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Santoral católico: Santas Justa y Rufina, dos mujeres torturadas hasta la muerte

Conoce las crueles torturas que las Santas Justa y Rufina tuvieron que enfrentar por defender su fe.


Este 19 de julio el santoral de la religión católica celebra a las Santas Justa y Rufina, Vírgenes y Mártires, ¿ya habías escuchado de ellas?, pues aquí te contamos acerca de estas mujeres valerosas que nunca perdieron la fe y que incluso la defendieron hasta la muerte, sin duda una historia que ¡no debes perderte!

¿Quiénes fueron las santas Justa y Rufina?



-Nacieron en Sevilla, España en una cuna con fe ferviente en una sociedad que aún era del poderío romana que idolatraba a Venus y celebraba a Adonis, un mundo lleno de corrupción donde la fe cristiana no era bien vista; sin embargo, estas mujeres santas que además eran hermanas conocían muy bien el evangelio y se apagaron a él, guardando sus virtudes, pureza y santidad.

Santoral católico: oración a santa Justa y Rufina



Sin embargo, un día, precisamente en la festividad en la que los paganos adoraban a Venus, por aquella vez que perdió a Adonis, y en la que cientos de mujeres recorrían las calles de la ciudad para reunir los fondos de su gran fiesta con el ídolo a cuestas tuvieron a bien de llegar a la casa de las santas Justa y Rufina, a quienes querían obligar a adorar a su Dios pagano, pero estas, sumidas en su fe se negaron tajantemente, algo que provocó la ira de las ciudadanas.

Todo parecía ser solo un incómodo momento, hasta que las santas tomaron el ídolo y lo arrojaron al suelo haciéndolo cachitos, motivo por el que las paganas hizo que se abalanzan sobre ellas, por lo que fueron hechas prisioneras, y aunque el prefecto de Sevilla de ese entonces, llamado Diogeniano las quiso forzar a que alabarán al Dios pagano, ellas resistieron pues ante todo antepusieron que creían solo en Jesucristo.



Ante dicha situación, Diogeniano mandó que a que fueran torturadas con garfios de hierro y fueron llevadas al potro, esperando doblegar su espíritu; sin embargo, ellas sólo se veían más alegres cada vez, aun cuando las torturas parecían ser cada vez más intensas, por ello el prefecto las encerró en la cárcel para atormentarlas dejándolas sin agua y comida; sin embargo, la divina Providencia intercedía y las ayudaba llenándolas de gozo.

Este último hecho hacía que los guardias de la cárcel se sintieron desconcertados, así que el prefecto, decidió llevarlas caminando descalzas a un viaje que realizaría a la Sierra Morena, pero nuevamente se rindió ya que al parecer los caminos pedregosos eran de rosas para las mujeres santas, y harto las encerró de nuevo en la cárcel hasta que dejarán de respirar.

La primera en morir fue San Justa, quien muy débil por todos los tormentos logró entregar su espíritu a Dios, y aunque su cuerpo fue lanzado a un pozo, el obispo Sabino lo rescató y enterró.

Ante esta situación Diogeniano pensó que sería más fácil hacer que Rufina se rindiera, pero no pudo, así que en su desesperación la envió al anfiteatro para que fuera devorada por un León; sin embargo, al verla se puso feliz, lamió sus vestidos y movió su cola, algo que hizo enojar al Prefecto, solicitando que fuera degollada en el 287, y aunque su cadáver fue incinerado, las cenizas fueron rescatadas por el obispo Sabino quien las llevó junto a los restos de su hermana.

Señor, que diste fortaleza a las santas mártires

torturas

Justa y Rufina para que proclamaran la fe

en medio de los paganos, te pedimos,

por su intercesión, que nos concedas la valentía

para predicar tu Reino entre los que no te reconocen.

Por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor.

Amén.

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