En Red River, Tennessee, Estados Unidos se ubica un sitio muy especial y aterrador: la Granja Bell. Esta granja es conocida por ser el único caso de terror documentado donde un fantasma logró matar a una persona. Esto sucedió entre 1817 y 1821, cuando la familia vivió aterrorizada por el diabólico espíritu de una mujer.
Los extraños sucesos en la granja Bell
-La Bruja de Bell se manifestó por primera vez en un pequeño y tranquilo pueblo de Tennessee, Red River, en 1817. Eran tiempos de pureza, inocencia, virtud y de terrores innombrables para una familia cuyos miembros serán recordados como las víctimas del maleficio más importante e insólito de la historia norteamericana.
La Bruja de Bell y su primera víctima
Un día de caza, John Bell, su hijo y un amigo, se adentraron en el bosque en busca de presas sin saber que en esta ocasión las presas eran ellos. De repente, una criatura amenazadora se materializó de la neblina y se lanzó violentamente contra John. Con el rifle cargado, éste disparó a la bestia pero la criatura se esfumó.
Ese fatídico día, los extraños ruidos comenzaron a escucharse en casa de los Bell. Parecía que alguien estuviera arañando y golpeando las ventanas. Repentinamente, una terrorífica presencia apareció en el dormitorio de la hija, Betsy. Le arrebató las mantas y susurró su nombre con una voz que erizó a la joven.
Al principio, la familia intentó convencerse de que estos miedos eran causados por pesadillas terroríficas. Pero ese no era más que el principio. Sin embargo, el maleficio creció más allá de cualquier explicación lógica, y los sucesos se volvieron cada vez más aterradores.
Una noche al subir las escaleras, la familia se encontró a Betsy luchando por su vida mientras era arrastrada violentamente por el suelo por un ser invisible con una fuerza sobrehumana, que le arrancaba el pelo del cuero cabelludo. Suspendida en el aire, Betsy fue abofeteada, golpeada y maltratada.
Las noticias del maleficio se difundieron, hasta que un conocido de la familia, y futuro Presidente de EEUU, el General Andrew Jackson, oyó hablar de los espantosos hechos que ocurrían en casa de los Bell. Acompañado por un equipo de hombres de confianza, Jackson llegó a casa de los Bell para conocer personalmente al ente impuro.
Y el ente dio la talla, agrediendo violentamente a Jackson y a sus hombres hasta que se marcharon presas del terror. Este espeluznante ser atacó a la familia cada noche durante cuatro años. El fenómeno combinaba respiraciones, susurros, crujidos y gritos que iban en aumento hasta convertirse en ataques dignos de una historia de terror.
Se presentaba repentinamente, los asustaba, los torturaba y luego desaparecía, hasta la noche siguiente. Con cada brutal ataque, el ente se hacía más fuerte. Al final, les hablaba, se burlaba de ellos y les increpaba. Desesperados por los sucesos buscaron la ayuda del residente más culto del pueblo, su amigo Richard Powell.
La Bruja de Bell
Toda explicación lógica apuntaba a la vecina de los Bell, Kate Batts, una mujer excéntrica, que la mayoría del pueblo consideraba una bruja. John Bell y Kate Batts eran más que vecinos. Fueron socios, aunque el negocio de tierras en el que se asociaron salió mal, y Kate se quedó con la sensación de haber sido traicionada y engañada.
Delante de mucha gente, Kate maldijo no sólo a John, sino a toda su familia, que entonces vivía feliz, incluyendo a su hija Betsy. Sin embargo, la joven comenzó a sufrir ataques constantemente mientras dormía, era golpeada, arrastrada, herida y atacada por un ser diabólico.
La familia Bell se encontraba impotente, sin poder librar a su hija de este ser ineludible. Su rendimiento escolar empeoró, comenzó a ver visiones y cuando todo acabó, nunca volvió a ser la de antes. Los ataques eran cada vez más virulentos y empezaron a afectar psicológicamente a John Bell.
En un terrible acto de venganza final, el ente asesinó maliciosamente a John utilizando una toxina venenosa. A pesar de haber logrado matar al patriarca, la terrorífica bruja no había acabado con la familia Bell. Juró volver siete años más tarde, y así lo hizo, con más fuerza que antes.
No sólo volvió, sino que esta vez no se marchó. Muchos de los que se acercan a visitar el insólito hogar de los Bell aseguran vivir experiencias escalofriantes y ofrecen pruebas fotográficas de su interacción con el ente. Los macabros vínculos que la gente siente al visitar la granja son prueba de los horrores que experimentaron los Bell.
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