La pandemia de coronavirus ya ha matado a más de 108 mil de personas y muchos brasileños ahora también tendrán que lidiar con el humo de los incendios
El peor comienzo de una temporada de incendios en la selva amazónica en una década amenaza con abrumar al ya tenso sistema de salud de Brasil, advirtieron ambientalistas y lÃderes de la salud.
Situación empeorarÃa en Brasil
-Casi un año desde que los incendios devastadores provocaron una protesta internacional, la temporada de incendios de este año ya está en pleno apogeo, y las primeras pruebas indican que la destrucción será peor que el verano pasado, según datos oficiales y entrevistas con investigadores.
Con Brasil todavÃa luchando por contener una pandemia de coronavirus que ya ha matado a más de 108 mil personas, muchos brasileños ahora también tendrán que lidiar con el humo de los incendios.
#Brasil Se incendia el Pantanal:
— Horizonte Prensa Digital (@HpdNoticias) August 16, 2020
Mato Grosso do Sul: perdió un área equivalente a 9 ciudades de São Paulo. La región de Corumbá, fronteriza con Bolivia, ya registró casi 4mil focos de incendio pic.twitter.com/MfQfgWESES
Essa cena do incêndio dos containers acontece no dia 25 de agosto do ano 22 e é uma nota do Namjoon que veio no mots:7. Na nota o Namjoon tá com um conhecido dele e fica preso dentro do container em chamas. #ReverseThePast #BTS_Universe_Story @BTS_twt pic.twitter.com/skQ0f3QSLE
— BTS Universe Story Brasil⁷ (@BUSgameBrasil) August 19, 2020
Incêndio na Austrália td mundo tava postando, agr aq no Brasil n tem nenhuma visibilidade https://t.co/DO6Tn4mmyB
— nicin (@nissinmartins9) August 19, 2020
Se registraron más de 10 mil incendios en los primeros 10 dÃas de agosto, según datos del gobierno compilados por el Instituto Nacional de Investigación Espacial. Eso fue un aumento del 17 por ciento con respecto al mismo perÃodo del año pasado y el peor total desde 2010.
"Cuando hay una situación de pandemia, todos los hospitales ya están llenos de personas que padecen enfermedades respiratorias, por lo que estas personas adicionales que van a necesitar hospitalización ejercerán aún más presión sobre el sistema de salud", dijo Ane Alencar, directora cientÃfica de la Unidad de Investigación Ambiental del Amazonas, una organización sin fines de lucro que aboga por la conservación de la selva tropical.
Esos temores ya se reconocen en la primera lÃnea médica que lucha por el personal y los suministros después de un perÃodo traumático.
El Dr. Renan Granato, hablando después de un ajetreado turno en el Hospital Público Regional Transamazônica en Altamira, una ciudad en expansión en el estado norteño de Pará que ya está experimentando grandes incendios, dijo que la combinación de los incendios y el coronavirus ha golpeado los recursos del hospital.
"Creo que hemos alcanzado la capacidad máxima. No tenemos suficientes camas de hospital. Muchas están reservadas para pacientes con COVID-19", dijo.
"COVID y una oleada de enfermedades respiratorias causadas por incendios es una combinación mortal para nuestra región", finalizó.
coronavirus
Las advertencias contrastan radicalmente con la actitud del presidente Jair Bolsonaro, quien la semana pasada negó la existencia de incendios y deforestación en la AmazonÃa, lo calificó de "mentira" y afirmó que cualquiera que sobrevuela la selva "no encontrará ningún lugar", ni un cuarto de hectárea deforestado".
Es probable que la situación se deteriore aún más, dijo Alencar, debido a una "receta perfecta" de factores: una deforestación desenfrenada que deja más escombros en el suelo, personas dispuestas a prender fuego sin temor a las consecuencias de la administración Bolsonaro y una situación más seca que clima habitual.
Los incendios de esta escala rara vez son un fenómeno natural, dicen los expertos, sino que son el resultado de quemas deliberadas por parte de agricultores y acaparadores de tierras para usar tierras deforestadas.
La preocupante intensidad temprana se produce a pesar de la prohibición emitida el mes pasado por la administración de Bolsonaro de provocar incendios en el Amazonas durante 120 dÃas, asà como de una decisión muy publicitada en mayo de desplegar el ejército en medio de preocupaciones de que se estuvieran cometiendo delitos ambientales encubiertos.
Los ministros brasileños elogiaron el éxito de la operación, denominada Operación Brasil Verde 2 y en la que participaron cerca de 4 mil efectivos, diciendo que se incautaron más de 28 mil metros cúbicos de madera deforestada ilegalmente y que se emitieron multas por un total de 3,1 millones de dólares.
La pérdida de bosques desde agosto de 2019 hasta julio fue de alrededor de 9 mil 205 kilómetros cuadrados, según el Instituto Nacional de Investigación Espacial, un aumento del 34,5 por ciento en comparación con el año anterior.
Los crÃticos argumentan que el dinero invertido en la operación, estimado en $10,8 millones al mes, casi todo el presupuesto anual de inspección de Ibama, la agencia especializada en protección ambiental de Brasil, se gastarÃa mejor en las agencias con experiencia para combatir la deforestación ilegal y los incendios forestales.
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