Rafael Amaya regresa a Telemundo en la serie "Malverde El Santo Patrn"

Rafael Amaya regresa a la televisión como un bandolero en la nueva serie de Telemundo "Malverde: El Santo Patrón"



Este lunes, Rafael Amaya retorna a la televisión como por primera vez desde su compleja salida de “El Señor de los Cielos” y reveló en entrevista que regresa con “un regalo para los fans de Aurelio Casillas”.

Luego de una ausencia de tres años, el actor mexicano nuevamente será visto en la pantalla chica como el bandolero Teo Valenzuela a través de la serie de la cadena Telemundo “Malverde: El Santo Patrón”, estelarizada por Pedro Fernández.



“Malverde está escrita por uno de los mejores guionistas de la televisión en español y un amigo Luis Zelkowicz. Él fue el creador y escritor de “El Señor de los Cielos” y quiso darme la oportunidad de conectarme con los fanáticos”, expresó Rafael Amaya. “Valenzuela, si uno se pone creativo, es como el antecesor de Casillas y un guiño a esa relación imaginaria es lo que puso a decir el clásico ‘are’ de El Señor de los Cielos”, sentenció.

las noticias informa que, existen otras cosas que conectan con ambos personajes, pero Amaya reconoció que cuando se percató de la expresión en el guion “no lo podía creer” y hasta preguntó a la producción si eso estaba bien. “Pero sí, fue el propio Zelkowicz el que escribió” y para Amaya fue “bonito” poder despedir al personaje que le cambió la vida.

Conexión de los personajes interpretados por Amaya

Tuvo que haber sido de esa forma ya que desde mediados de la sexta temporada –“El Señor de los Cielos” terminó en la séptima– Amaya sucumbió a una crisis de adicción, que lo llevó a dejar el trabajo. En la ficción fue puesto en coma hasta que murió.



Rafael Amaya ha sido cauto pero sincero con las declaraciones a la prensa en relación a los “devastadores” efectos de la adicción en su vida y lo “duro y transformativo” de la desintoxicación y tratamiento.

Afortunadamente, el entorno que Rafael Amaya halló en “Malverde” fue “generoso y cuidado”, pues las grabaciones fueron en un pueblo ficticio creado por Telemundo a semejanza de lo que era el norte de México a comienzos del siglo pasado.









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