Repetidas pruebas de COVID-19 a millones de residentes de Beijing están comenzando a poner a prueba la paciencia de algunos mientras la ciudad de China toma medidas drásticas contra el virus antes de los próximos Juegos Olímpicos de Invierno.
Una tercera ronda de pruebas masivas que comenzó el miércoles para los 2 millones de residentes del distrito de Fengtai generó quejas en línea y de los residentes abrigados contra el viento para esperar en la fila al aire libre.
El cielo estaba soleado, pero la temperatura diurna rondaba el punto de congelación.
“Creo que es demasiado frecuente”, dijo una mujer que solo dio su apellido, Ma. “Lo hice ayer y me pidieron que lo hiciera de nuevo hoy. Le hice la pregunta al personal y me dijeron: ‘Bajo el principio de evaluar a todos los que deberían hacerse la prueba, simplemente háganlo ya que están aquí’”.
La política ‘cero COVID’ de China
A medida que los trabajadores de la salud instalaron múltiples estaciones de prueba en la ciudad, hubo informes dispersos de personas a las que se les dijo que sus pruebas se retrasarían debido a un problema del sistema.
No estaba claro cuál era el problema y si retrasaría significativamente el esfuerzo.
Los atletas y otras personas que participan en los Juegos están completamente aislados del público en general para tratar de evitar la infección cruzada.
Trece personas que acudieron a los Juegos dieron positivo el martes, lo que eleva el total a 106 entre los 3,695 que llegaron. Dos de los casos positivos son atletas u oficiales de equipo.
Los que dan positivo son llevados a un hospital si tienen síntomas y a un hotel de cuarentena si no los tienen.
Funcionarios de Beijing dijeron el miércoles que ocho personas dieron positivo en el período de 24 horas que finalizó a las 4 p.m., lo que elevó el total en el brote de la variante delta de la ciudad a 69. De ellos, 54 tienen síntomas y 15 no.
Los números son pequeños en comparación con otros países (el último recuento diario de Corea del Sur superó los 13,000), pero son una gran preocupación para el gobierno mientras se prepara para albergar los Juegos de Invierno en nueve días.
La capital china ha intensificado las ya estrictas medidas de respuesta a la pandemia del país.
Se están realizando pruebas masivas en vecindarios y edificios de la ciudad, y el gobierno local anunció esta semana que cualquier persona que compre medicamentos para la fiebre, el dolor de cabeza u otros medicamentos para el resfriado tendrá que hacerse una prueba de COVID-19 dentro de las 72 horas.
En una farmacia, cualquier persona que comprara dichos medicamentos debía escanear un código QR antes de realizar la compra.
Un aviso del gobierno decía que los compradores debían registrar su nombre, número de teléfono, dirección y número de identificación oficial.
“Esto no es conveniente, pero debemos cooperar con cualquier política que proponga el gobierno”, dijo Zhang Jianping, vendedor en un centro comercial, sobre el nuevo requisito de medicamentos para el resfriado. “Deberíamos protegernos de resfriarnos para no convertirnos en una carga para el país”.
Los 2 millones de residentes del distrito de Fengtai, donde se han encontrado la mitad de los casos en Beijing, están siendo examinados por tercera vez desde el fin de semana pasado.
Algunas áreas del distrito han sido cerradas y los residentes no pueden salir de su complejo de viviendas o vecindario.
Un anuncio oficial de las pruebas en las redes sociales el martes por la noche generó alrededor de 90 comentarios, en su mayoría críticos.
Algunos dijeron que las pruebas frecuentes desperdician recursos, interrumpen el trabajo y la vida diaria, y agobian a los trabajadores de la salud y los funcionarios de la comunidad.
Las pruebas masivas se realizan en grupos de 10 personas. Una de las personas sostiene un recipiente y un trabajador de la salud toma muestras de cada una de las 10 personas y coloca los hisopos en el mismo recipiente.
Se prueban juntos, y si el resultado es positivo, cada una de las 10
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