Un estudio realizado por la Universidad Johns Hopkins en colaboración con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) demostró que las niñas y los niños menores de 4 años pueden presentar niveles considerables de anticuerpos contra el COVID-19 luego de haber sido contagiados.
Los resultados del estudio publicados en la revista JCI Insight sugieren que los menores de edad cero a cuatro años tienden a desarrollar fuertes respuestas de anticuerpos contra el SARS-CoV-2 a diferencia de los adultos.
Como dimos a conocer en las noticias, en enero pasado, científicos de la Universidad Rockefeller detectaron anticuerpos clave para neutralizar mutaciones del coronavirus y el estudio reciente de la Universidad Johns Hopkins confirma que los anticuerpos del dominio de unión al receptor S1 (RBD) presentaron mayores niveles en los menores.
El análisis consideró a 683 niños y adultos de Maryland, cuyas edades oscilaban entre 0 y 62 años, los cuales aún no habían sido vacunados. En los estudios se encontró evidencia de anticuerpos contra coronavirus, lo que significa que ya habían sido infectados.
Niños desarrollan anticuerpos contra COVID-19
Según los informes, los anticuerpos del dominio de unión al receptor S1 (RBD) estaban presentes en niveles mucho más altos en niños en comparación con los adultos. Se encontró 13 veces más en niños menores de 4 años, así como 9 veces mayor en niños de 5 a 17 años.
Los niveles de anticuerpos neutralizantes de SARS-CoV-2, que pueden ayudar a predecir la protección contra la infección grave fueron casi el doble en niños de 0 a 4 años en comparación con los adultos.
“Este estudio demuestra que incluso los niños en los primeros años de vida tienen la capacidad de desarrollar fuertes respuestas de anticuerpos a la infección por SARS-CoV-2, que en algunos casos superan las respuestas de los adultos”, declaró Ruth Karron, profesora en el Departamento de Salud Internacional en el informe publicado en la revista JCI Insight.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la prueba de anticuerpos sirve para detectar si una persona ha estado infectada por el virus y ha desarrollado defensas, y si la infección todavía está activa o no. Para ello se analiza la presencia de inmunoglobulinas IgM (que aparecen entre 7 y 10 días después del contacto con el virus) e IgG (que aparecen entre 10 y 15 días después).
De acuerdo a Johns Hopkins, los niños, incluso durante su primer año de vida, tienen la capacidad de desarrollar una fuerte respuesta de anticuerpos contra la infección por COVID-19, que en algunos casos excede a la de los adultos.
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