En Reino Unido se ha vuelto viral la historia de Malcolm MacDonald, un hombre de 47 años de edad que tuvo que pasar más de 6 años con su pene injertado en el brazo, ya que durante 2010, MacDonald fue diagnosticado con una infección perineal, la cual le trajo fuertes consecuencias a su físico.
Para 2014, el órgano reproductor masculino de MacDonald se cayó. De acuerdo con el diario británico The Sun, el hombre describió el suceso como algo desgarrador. Sin embargo, los médicos le dieron una última esperanza: el “penis master”. Se refería a que un pene “artificial” debía ser implantado en su brazo para poder rescatarlo.
Se suponía que el injerto estaría ahí poco tiempo, pero debido a retrasos administrativos y la pandemia, esta cirugía se retrasó más de 6 años. Fue hasta este 2022 que tras nueve horas de operación el hombre volvió a tener su pene en su lugar. Según declaraciones que dio al diario The Sun, MacDonald volvió a sentirse un “hombre otra vez".
“Había luchado durante años con una infección en el perineo, pero no tenía idea de lo que podría pasar. Se extendió a los dedos de mis manos y pies y los volvió negros. Cuando vi que mi pene se ponía negro estaba fuera de mí” recordó el afectado por la infección.
Una infección hizo que el hombre de Reino Unido perdiera su pene
Además, agregó: “Era como una película de terror. Yo estaba en un completo pánico. Sabía en el fondo que se había ido y que iba a perderlo. Entonces, un día, simplemente se cayó al suelo”.
Aunque en un principio le dijeron a Malcolm MacDonald que no podría recuperar su miembro, el profesor David Ralph en el University College Hospital de Londres construyó uno nuevo y funcional, el cual debió implantarse en 2015, es decir cinco años después de la caída.
Sin embargo, las cosas no resultaron como se esperaban. Según el diario mencionado, el pene de este hombre “estaba hecho de carne del brazo de Malcolm, lo que le permitía sentir y eventualmente tiene una bomba en su escroto para llenarlo con solución salina, permitiéndole prepararlo para el sexo”.
El británico afirmó al diario que todo el proceso fue muy difícil: “¿Te imaginas seis años de tu vida con un pene balanceándose en tu brazo? Ha sido una pesadilla, pero ahora se ha ido”.
A pesar de que a Malcolm MacDonald le afectó emocionalmente tener este injerto durante tanto tiempo de su vida, ahora el hombre de Reino Unido aseguró estar feliz con el resultado.
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