Un combate que promete por el poco respeto que se han demostrado durante las giras y entrevistas previas.
Esta batalla tendrá un sabor a revancha para Gennady Golovkin, quien perdió en el segundo combate que sucedió entre ambos, incluso, se han asegurado de mencionar que cualquier cuenta que quede por saldar terminará en su totalidad esa noche.
La próxima pelea de Saúl Álvarez será en contra de uno de los hombres con quienes tiene una mayor rivalidad: Gennady Golovkin.
El combate se desarrollará en el T Mobile Arena, algo que sorprende porque muchos de los mejores momentos del boxeo mexicano se dieron en los casinos.
En el caso del Canelo pasa lo mismo, pues también estaba acostumbrado a los venues de gran tradición como el MGM Grand.
La historia entre ambos boxeadores se remonta al 2011 hace casi una década.
En aquel entonces, ambos realizaron una sesión de sparring en las montañas de California.
Álvarez era el campeón superwélter del Consejo Mundial de Boxeo, mientras que Golovkin dominaba en el peso mediano de la Asociación Mundial de Boxeo.
El camino los volvería a juntar para formar una de las rivalidades más importantes del Canelo en su carrera.
Cuando el mexicano derrotó a Miguel Cotto en el 2015, el rival obligatorio era GGG para defender el recientemente obtenido Campeonato Mediano del CMB.
Saúl no aceptó que las reglas de la pelea se dieran bajo las condiciones del kazajo y simplemente decidió dejar vacante el cinturón.
Sabedor de que se convertiría en uno de los mejores libra por libra del planeta, quiso ser tratado como tal.
A pesar de todo, la pelea se dio un año después y tuvo que llegar hasta las tarjetas para decidir un ganador.
No lo hubo.
Las calificaciones de los árbitros entregaron un 118-110, 113-115 y 114-114, por lo que se declaró el empate.
Muchos dicen que fue injusto, que Golovkin había ganado claramente, así que la polémica llevó a tener un segundo combate entre ellos.
Mayo de 2018 fue la fecha pactada para la pelea, aunque el caso de dopaje positivo por clembuterol que enfrentó Álvarez fue la causa por la que se aplazó hacia septiembre y tuvo una victoria para el Canelo por tarjetas bastante apretadas: 114-114, 115-113 y 115-113.
El combate una vez más tuvo sus cosas que lo llevaron a convertirse en una de las peleas que debían tener sí o sí el desenlace de una trilogía, aunque esta nueva revancha tardó más de lo esperado porque Saúl decidió subir de categoría y llegar a los Supermedianos, donde cayó ante Bivol.
No pudo conquistar el cetro.
El combate será totalmente personal, al menos así lo ha hecho sentir Saúl Álvarez.
Gennady Golovkin ha sido mucho más diplomático, aunque es esa una de las principales causas de que el mexicano sienta mucho odio hacia GGG.
“Lo odio al hijo de puta”, mencionó hace tiempo para una entrevista y no ha parado ahí con las ofensas e insultos.
“Es un idiota, no es honesto”, también dijo el tapatío al considerar que por el frente le da muestras de respeto, pero por la espalda declara en su contra y hasta lo acusa de ser una vergüenza para México.
Gennady Golovkin sí se ha mostrado algo contradictorio con sus declaraciones, pero ha querido mantener una postura de que esta batalla no será personal para él, si Canelo Álvarez tiene un conflicto, el problema es del mexicano: “No entiendo de qué habla porque después de nuestra última pelea chocamos nuestras manos, creo que dejamos todo atrás”.
Lo único que es un hecho es que el 17 de septiembre, el cuadrilátero que se instalará en la T-Mobile Arena sacará chispas por la gran rivalidad que han forjado estos dos peleadores.
Saúl Álvarez viene de una derrota que lo hace más peligroso, lo acepta, pero también tiene claro que no saldrá a respetar a Gennady Golovkin, tiene en la mira el nocaut y de paso terminar con la carrera de su contrincante.
Para nada es poca cosa lo que viene.
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