Qué sería del fútbol sin la afición.
Ese combo de ilusión, admiración y unión que cada partido llena las gradas de los estadios y otros recintos.
La afición es en muchas ocasiones sinónimo de ejemplo a seguir.
La afición japonesa lo ha demostrado en las últimas horas.
Tras ganar a Alemania, los fieles seguidores de la selección de Moriyasu recogieron la basura de las gradas del Khalifa Stadium antes de salir por la puerta.
Los de Japón se quedaron después del partido y ayudaron a los voluntarios a dejar todo limpio.
Sacaron unas bolsas de basura de color azul y colocaron en ellas todos los residuos que habían entre los asientos.
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En los vestuarios, la cultura japonesa también dio una lección de disciplina.
El conjunto asiático dejó todo recogido en el vestuario tras ganar a la selección alemana 1-2 en su debut.
El orden y la limpieza reinaron y con una nota en la que escribieron «muchas gracias», los japoneses salieron del vestuario para celebrar la victoria.
No es la primera vez que los aficionados nipones llevan a cabo esta práctica.
En el partido inaugural que disputaron Qatar y Ecuador hubo muchos japoneses que asistieron al encuentro.
Y, al igual que hicieron al término del Alemania-Japón, no dudaron en recoger toda la suciedad que habían acumulado en sus asientos para dejarlo todo en un estado perfecto.
En el Mundial de Rusia 2018, Japón fue derrotada en octavos de final por 3-2 contra Bélgica.
A pesar de la mala noticia, los seguidores nipones demostraron que, ante todo, son muy educados y recogieron toda la suciedad acumulada en su zona.
Lo mismo sucedió con los aficionados de Senegal, que después de ganar 2-1 a Polonia, se dispusieron a limpiar el estadio donde habían conseguido un triunfo histórico.
Scott North, profesor de sociología en la Universidad de Osaka, explica a la BBC que la razón de este comportamiento de los aficionados japoneses tiene que ver con el «orgullo que demuestran por su forma de vida.
Limpiar después de los partidos de fútbol es una extensión de los comportamientos básicos que se enseñan en la escuela, donde los niños limpian las aulas y los pasillos de la escuela«.
La imagen de los aficionados japoneses limpiando la basura después de un partido de la Copa del Mundo –ganen o pierdan– siempre asombra a los extranjeros.
Sus futbolistas hacen lo mismo en el vestuario: cuelgan las toallas, limpian el piso y dejan hasta una nota de agradecimiento.
Es lo que hace la mayoría en su país: en casa, en la escuela, en el trabajo o en la calle.
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