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¿Cómo cambia la cara durante el embarazo?

No sólo el cuerpo sufre cambios durante el , también el rostro; conoce cuales son.

¿Cómo cambia la cara durante el embarazo?

embarazo es una etapa que muchas mujeres esperan con ansias, pero que sin duda generan muchos cambios en el cuerpo y hasta en el rostro.

Mayormente, la cara tiene cambios en su piel porque aporta más luminosidad y resplandor; pero también puedes notar cosas diferentes en el cabello y nariz.

Comenzamos por analizar cómo afecta el embarazo al cabello: ¿se vuelve más fuerte y brillante?, o como suele ocurrir en el postparto, ¿aumenta su fragilidad?.

Durante el embarazo, todo el cuerpo se ve revolucionado por la acción de las hormonas, y el pelo no es una excepción.

El cabello de la mujer sufre cambios debido a que las hormonas placentarias provocan un aumento de la secreción sebácea del cuero cabelludo.

Por tanto, según el tipo de pelo que tenga la mujer antes de quedar embarazada, los cambios le afectarán de una u otra forma.

Algunas lucen mejor la melena que nunca, mientras que en otras el pelo se vuelve grasiento o sin brillo.

Si te ocurre esto último, lávalo con frecuencia y aplícale una crema regeneradora.

Esas hormonas son también las responsables de que el pelo se caiga menos durante el embarazo.

La secreción de estrógenos mantiene casi todos los cabellos en fase de crecimiento.

El cloasma gestacional o melasma, también conocido como “paño o mancha del embarazo” son unas manchas color café con leche que aparecen en la cara, sobre todo en la zona del labio superior, los pómulos y la frente.

Este problema estético facial es típico de las embarazadas debido al aumento de los niveles de estrógeno y progesterona.

Esta actividad hormonal fuera de lo común provoca un aumento de la secreción de melanina por parte de los melanocitos, las células encargadas de fabricar este pigmento natural de la piel que nos da el color del bronceado.

Hay mujeres más propensas a sufrir cloasma que otras, dependiendo de su condición genética, el tono de su piel y la exposición al sol, el principal enemigo de estas manchas.

Podemos prevenir su aparición evitando tomar el sol sin la protección adecuada.

En lo que respecta a la piel de la cara, el cutis puede verse más resplandeciente debido al aumento del flujo sanguíneo, el cual mejora la irrigación cutánea y proporciona una piel con mayor luminosidad.

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Es por ello que muchas personas afirman que "las embarazadas tienen una luz especial".

Pero también puede ocurrir el fenómeno contrario, y debido al aumento de grasa de las glándulas sebáceas aparecen granos o agravar el acné que ya tuviera la mujer antes de quedar embarazada.

Utilizar un jabón depurativo suave, aumentar la hidratación -tanto de la piel, como internamente- y aplicar unos cuidados básicos de higiene y limpieza facial, puede ayudarte a mantener tu cara libre de acné durante el embarazo.

Otra consecuencia de los cambios hormonales es la aparición de erupciones cutáneas, aunque por suerte esta condición solo ocurre en una de cada diez mujeres embarazadas.

Suele aparecer al final de la gestación, y muy especialmente en el caso de madres primerizas.

Las erupciones, que reciben el nombre de "erupción polimorfa del embarazo", pican, molestan y pueden presentarse de formas variables, tanto en la cara como en otras partes del cuerpo.

Si aparecen es importante consultarlo con el médico, quien nos indicará el tratamiento a seguir para eliminar las molestias.

Hacia el final del embarazo, la acción de los estrógenos y del cortisol modifican la distribución de las grasas corporales y se acumula líquido suplementario bajo la piel.

Esto hace que muchas mujeres tengan la cara un poco más redonda e hinchada los días previos a dar a luz.

No obstante, una hinchazón en piernas, manos, cara y/o tobillos podría ser un síntoma de preeclampsia, una enfermedad que eleva la presión arterial y puede provocar riesgos durante el embarazo.

Por eso, en caso de presentar edema es recomendable consultar con el ginecólogo o la matrona.

Otro problema menos frecuente asociado a la retención de líquidos es el edema ocular.

Esto hace que algunas mujeres noten que su mirada ya no es tan resplandeciente como de costumbre, o que incluso vean un poco borroso.

También se recomienda consultar estos cambios con el profesional sanitario.

Otro de los cambios habituales que tiene lugar en la cara de la embarazada se sucede en la nariz, debido a la dilatación de los vasos sanguíneos.

Es lo que se conoce como “rinitis del embarazo”, y provoca sequedad, congestión, cambios en el tono de voz e incluso ronquidos.

Puede suceder en cualquier trimestre, aunque es más frecuente que ocurra en el segundo, afectando alrededor del 20% de las embarazadas.

 Para aliviar las molestias, intenta evitar los ambientes muy secos, las sustancias irritantes como perfumes o humo, bebe abundante líquido, hazte lavados nasales con suero fisiológico y procura no sonarte muy fuerte la nariz para evitar hemorragias nasales.

Y terminamos nuestro repaso con otro de los cambios más frecuentes y molestos que esta vez se suceden en la boca.

Se trata de la gingivitis, una enfermedad periodontal que conlleva inflamación y sangrado de las encías y que afecta a más del 50% de las embarazadas en algún momento de la gestación.

Para prevenir la gingivitis es necesario llevar una correcta higiene bucal, con cepillado de dientes tras cada comida, uso de hilo dental, enjuagues bucales, y visita regular al dentista.

También se deben evitar los alimentos que contengan azúcar refinada en grandes cantidades, y en cualquier caso lavarse los dientes inmediatamente después de consumirlos.

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