El gobierno brasileño prometió imponer castigos luego de que miles de partidarios del expresidente Jair Bolsonaro atacaron el Congreso, el Supremo Tribunal Federal y el palacio presidencial y causaron destrozos en las principales sedes de poder del paÃs.
Los manifestantes reclamaron una intervención militar que reinstaure a Bolsonaro en el poder o expulse al presidente Luiz Inácio Lula da Silva, entre caos y destrozos que muchos analistas polÃticos han comparado con la insurrección del 6 de enero de 2021 en el Capitolio de Estados Unidos.
Según lo reportado por los medios locales, los seguidores de Bolsonaro ingresaron a los edificios vestidos con los colores de la bandera nacional, rompieron ventanas, derribaron muebles y arrojaron computadoras e impresoras al suelo.
Agujerearon en cinco puntos un enorme cuadro de Emiliano Di Cavalcanti, volcaron la mesa con forma de U donde se reúnen los jueces del Supremo Tribunal Federal, arrancaron la puerta del despacho de un juez y vandalizaron una emblemática estatua ante la corte.
Los interiores de los edificios monumentales quedaron en estado de ruina.
El pasado domingo, el ministro de relaciones institucionales dijo que se inspeccionarán los edificios para buscar pruebas como huellas dactilares e imágenes para que la gente rindiera cuentas, y señaló que los alborotadores al parecer pretendÃan emprender acciones similares en todo el paÃs.
El ministro de Justicia, Flávio Dino, dijo que los actos equivalÃan a terrorismo y amenaza de golpe de Estado y que las autoridades habÃan empezado a identificar a las personas que pagaron los autobuses que llevaron a los manifestantes.
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El ministro de Justicia insistió en que los seguidores de Brasil.
A un delincuente se le trata como delincuente”, agregó.
Hasta este lunes fueron detenidas 1,200 personas, según lo dado a conocer por el Ministerio de Justicia.
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