gobierno de Brasil, encabezado por Luiz Inácio Lula da Silva, dispensó a 13 militares que formaban un gabinete de seguridad de la Presidencia, profundizando su reforma que dio inicio tras la violencia vivida el 8 de enero cuando los seguidores de tomaron las sedes de los tres poderes.
El anuncio lo publicaron en el Diario Oficial de la Unión el día miércoles, luego de que otros 40 militares igualmente fueran destituidos de sus funciones en la residencia presidencial, el Palacio de la AlvoradaBrasilia, quienes formaban parte del Gabinete de Seguridad Institucional, el que era el responsable de ayudar al presidente en los trabajos de seguridad nacional y la política de defensa.
las noticias, hemos dado a conocer las consecuencias que se han vivido en la nación más grande de América del Sur luego de la manifestación de los seguidores de Jair Bolsonaro, quienes intentaron dar un golpe de Estado en Brasilia.
Estos cambios se dieron a una semana de que Lula da Silva dijera que desconfía de algunos militares que cumplen funciones auxiliares en las sedes del gobierno, y compartió igualmente sus reservas sobre algunos de ellos luego de la invasión en Brasilia a los Tres Poderes Públicos.
Entonces, el jefe de Estado dijo que estaba convencido de que existió una complicidad interna en la invasión del día 8 de enero, que ocurrió el día en que cumplía una semana tras regresar al poder por tercera vez en su trayectoria política.
La reforma en el entorno de Lula da Silva se da en momentos en los que las investigaciones para determinar quienes participaron en estos movimientos avanzan, además de la financiación de la violenta invasión al Palacio de Planalto, el Congreso y la Corte Suprema, por las cuales más de 2 mil personas fueron detenidas, de las que mil 382 siguen en manos de las autoridades.
El titular del despacho, Augusto Aras, dijo que presentará otras 200 nuevas acusacioense n las siguientes dos semanas.
Mientras tanto, el miércoles, el exministro de Justicia de Bolsonaro y secretario de Seguridad del Distrito Federal al momento del ataque, Anderson Torres, estuvo en silencio luego al ir a su primer audiencia ante la Policía Federal, esto desde que se entregó a las autoridades el sábado, de acuerdo con el portal de noticias G1.
Torres se encuentra detenido y bajo sospecha de complicidad con la violencia de los ataques del 8 de enero, cuando miles de simpatizantes de Jair Bolsonaro invadieron el corazón del poder público de Brasil para sacar del poder a Lula da Silva, mismo señalamiento que niega.
La comunidad internacional respaldó al mandatario, y el jueves pasado denunció ‘connivencia’ de sectores de las Fuerzas Armadas con los bolsonaristas radicales, e incluso dijo que alguien les facilitó la entrada al Palacio de Planalto.
"No puede permanecer aquí adentro alguien sospechoso de ser bolsonarista radical", comentó.
"¿Cómo puedo tener una persona afuera de mi oficina que pueda dispararme?", subrayó.
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