Quien diga que las conferencias en Palacio Nacional surgieron de algún experto en comunicación política o de la planeación estratégica de algún asesor presidencial está en un error.
Lo cierto es que nacieron por pura casualidad.
Cuando Andrés Manuel López Obrador inició su mandato como Jefe de Gobierno del Distrito Federal, el 5 de diciembre del año 2000, que para atender el problema de la inseguridad en la capital del país llegaría a sus oficinas antes de las 6 de la mañana para recibir el parte policial con las incidencias del día y, junto con su gabinete de , acordar acciones para abatir a la delincuencia.
Ante esa promesa, los principales medios de comunicación decidieron enviar una guardia de reporteros a verificar que en efecto el primero en llegar a trabajar a las oficinas del gobierno capitalino era el Jefe de Gobierno y su gabinete de .
“Recuerdo que veíamos llegar el Tsuru escoltado por una motocicleta de Seguridad Pública y un reportero vial de .
Él solo veía que le esperábamos en la banqueta, nos saludaba y de inmediato se metía al edificio", según recuerda una reportera que por políticas de su empresa pidió no revelar su nobre y ataja:.
“A veces se le preguntaba y respondía, pero con monosílabos, no le gustaba hablar mucho.
Con el correr de los días, esa dinámica se hizo una y al escuchar por la radio que el Jefe de Gobierno llegaba tan temprano, quienes tenían algún decidieron que era la hora perfecta para poder abordar al mandatario y pedirle alguna.
“A nosotros no nos contestaba, pero a la gente sí la recibía, la escuchaba y luego le pedía a una de sus colaboradoras, Leticia Ramírez (actual secretaria de Educación Pública), que los atendiera” recuerda el reportero Guillermo Xibillé del .
Corría para entonces el mes de diciembre y pese a las bajas temperaturas que se dejaban sentir bajo los portales del Antiguo Palacio del Ayuntamiento, ciudadanos y reporteros siguieron haciendo guardias hasta que un día se ordenó abrir una oficina en la planta baja del edificio para recibir ahí a la ciudadanía.
En tanto que para los reporteros, López Obrador autorizó su ingreso al vestíbulo de la oficina de la Jefatura de Gobierno para que pudieran entrevistar ahí a sus funcionarios.
José Luis Flores, reportero del diario El Universal“Era el inicio de un nuevo estilo de gobernar, que se vestía con el frío intenso del amanecer de diciembre y el humor de Leonel Godoy, quien después de ofrecer una conferencia de prensa bromeó: ¿Saben por qué vengo con abrigo negro?, porque abajo traigo un .
Y se abrió el abrigo para mostrar un suéter azul con grecas, parecido a una ”.
Pasaron los meses y se hizo un hábito que Andrés Manuel López Obrador veía con agrado, por lo que poco a poco accedía a conversar más con los cuando llegaba a sus oficinas, siempre antes de las 6 de la mañana.
En una ocasión, el entonces jefe delegacional en Miguel Hidalgo, el panista Arne Ausden Ruthenhagh, convocó a una protesta con cacerolas por la reducción del presupuesto a su demarcación a las afueras de la sede del gobierno capitalino.
Ante al gran cúmulo de gente que llegó, fue imposible que el Jefe de Gobierno pudiera ingresar por la puerta donde siempre le esperaban los reporteros, así que tuvo que ingresar por una puerta lateral del edificio.
“Nos metieron porque él lo pidió, aunque fuera al patio donde nos moríamos de frío, pero solo así pudimos hablar con él” recuerda Ella Grajeda, entonces reportera del periódico El Universal, quien en su tesis profesional de la titulada “: el mejor vocero de su gobierno” detalla algunos aspectos de cuando iniciaron las del actual de la República.
Para abril del año 2001, la comunicación entre los que cubrían las actividades del Jefe de Gobierno y el mandatario local se hizo más estrecha, tanto que se llegó a marcar la agenda política nacional pues López Obrador siempre respondía preguntas sobre la gestión de quien era el Presidente de la República: Vicente Fox.
Consciente de la relevancia que tenía para él aparecer todos los días y a primera hora con alguna declaración a nivel nacional, fue que instruyó a su Jefe de Prensa, Cesar Yáñez, habilitar un espacio dentro del edificio de gobierno para instalar una sala de conferencias y todos los días responder cómodamente a los reporteros sus preguntas.
Fue así que el 31 de mayo de 2001 se inauguró la Sala de Prensa Francisco Zarco en la planta baja del Antiguo Palacio del AyuntamientoDesde ese sitio, todas las mañanas, López Obrador inició el ritual de sus , llegando a presidir mil 377 desde esa fecha hasta el 28 de julio del 2005, cuando dejó el cargo para enfrentar el proceso de desafuero en su contra.
Esta estrategia que surgió de la improvisación se ha convertido en el modelo de comunicación política del ahora presidente Andrés Manuel López Obrador.
Las “mañaneras”, desde el inicio de su mandato hace más de cuatro años, han establecido la ruta que marca el destino del país.
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