Las figuras del espectáculo tienen que pagar caro el precio de la fama, sobre todo cuando de fans se trata y estos se desbordan en afecto, inclusive algunos se atreven a subirse al escenario burlando la seguridad con tal de tocar a sus ídolos, entregarles flores, banderas o tomarse una selfie.
Recientemente supimos del caso de Belinda quien ofreció el pasado 26 de marzo un concierto en Irapuato, Guanajuato, y un hombre perdió el control para abrazarla cuando ella actuaba, provocándole lesiones porque no la soltaba.
La joven artista manejó la situación con inteligencia, pero se llevó un gran susto por la manera en que la trató.
Poncho Herrera, ex integrante de RBD, dijo hace poco que uno de los motivos poderosos para no incorporarse a la gira que realiza el afamado grupo es por las secuelas psicológicas que le quedaron cuando en un concierto realizado en Brasil fallecieron tres fanáticas, causándole un dolor insuperable.
Ahora le dan miedo las multitudes por lo que prefiere dedicarse a la actuación.
Insistió en el aprecio que siente por sus compañeros de RBD, pero ya no desea andar de gira.
El extremo de los fans fue el caso de Yolanda Saldívar, quien poco a poco se ganó la confianza de Selena Quintanilla para convertirse en la presidenta de su club y después manejar los negocios de la cantante, pero no sólo abusó de su aprecio sino que tras ser descubierta por malos manejos financieros, Saldívar asesinó a Selena, un 31 de marzo de 1995.
"Hacía cualquier cosa que se necesitara hacer por Selena", dijo Chris Pérez, el esposo de Selena, en una entrevista a la BBC en 2014.
Otro de los casos que le dieron la vuelta al mundo fue el asesinato del ex beatle John Lennon que se produjo un 8 de diciembre de 1980 de manos de un fanático llamado Mark David Chapman, a las afueras del edificio Dakota en Nueva York.
Chapman se acercó para pedirle autografiara el disco Double Fantasy, y después le dio cinco tiros con un arma calibre 38.
La locura del fanático era delirante.
John Lennon siempre se daba tiempo para atender a sus fans que lo esperaban horas afuera del edificio de Manhattan en donde vivía con su esposa Yoko Ono.
Paul McCartney es otro beatle atento con sus fans.
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Los fanáticos de los famosos se van agrupando a través de redes sociales para ser identificados por un nombre y saber cada paso que dan sus ídolos.
Los de Miley Cyrus se nombran , de Justin Timberlake: Timberlakes, los de Selena Gómez: Selenators o SelenáticosLos grupos eligen nombres creativos y divertidos, los de Justin Bieber ; Ariana Grande .
Un desarrollador llamado Benjamin Porter ha publicado en la App Store una red social bautizada como Swift Space, en la cual cualquier (así se denominan los fans de Taylor) puede conectar con otros seguidores para conversar entre ellos, compartir novedades y ponerse al día respecto a las actividades de la artista.
Harry Styles, por ejemplo, tiene fanáticos por todo el mundo pero carecen de grupo con nombre.
Algunos se vuelven locos y los acosan en redes, afuera de su casa o intimidándolos.
Un reto lidiar con esas situaciones porque pone en riesgo a los famosos.
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