Muy cerca del metro Viaducto en la Ciudad de México, en un edificio de más de 3 pisos, se encuentra uno de los archivos históricos que resguarda la memoria de la comunidad LGBTIQ+ en México.
Alonso Hernández, junto con un equipo de trabajo de 7 personas ha convertido un departamento en un sitio de rescate, conservación y divulgación de la memoria colectiva de la comunidad de la diversidad sexual.
Rescatar las memorias de las poblaciones LGBTIQ+ es la principal tarea de la asociación sin fines de lucro, Archivos y Memorias Diversas que desde el 2008 se han dedicado a rescatar, conservar y difundir el patrimonio tangible e intangible de la comunidad LGBTIQ+.
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Alonso Hernandez, historiador y cofundador de Memorias Diversas menciona en entrevista para La Verdad Noticia que muchos de los archivos y documentos de la comunidad LGBTIQ+ han sido desaparecidos o destruidos por varias circunstancias, siendo la discriminación y la homofobia las principales causas.
El archivo cuenta con fotografías, obras de arte, documentos médicos, libros, películas, carteles, videos, textiles, música hasta cartas de amor que dan cuenta cómo vivían las personas de la diversidad sexual en distintos periodos de la historia, siendo el más antiguo del año 1955.
Una particularidad del archivo es que no se descartan los documentos repetidos, así si se donan o encuentran materiales duplicados estos no se descartan como en otros archivos, sino se busca la manera de donarlos a otros archivos.
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Alrededor de 30 colecciones están contenidas en su acervo, algunos de los tópicos son: cultura leather, derechos humanos, historia del VIH/Sida, así como documentos que dan cuenta de la vida de activistas o miembros de la comunidad con gran relevancia como Nancy Cardenas, Pedro Casanova, Javier Sijé, Pablo Leder o Xabier Lizarraga.
Cualquier persona que esté interesada en consultar algún archivo, puede hacerlo, sólo es necesario contar con una carta motivos y el equipo de Memorias Diversas gestiona una visita con los temas y materiales que pueden servirte durante tu visita.
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El colectivo Memorias Diversas funciona de forma autogestiva y autónoma, así lo explicó Alonso Hernández para la redacción, así el archivo está resguardado en una casa prestada por un familiar del equipo, ya que en 2019 el archivo se encontraba distribuido en las casas de todos los integrantes sin tener un espacio propio.
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Con una computadora, un escáner y la voluntad de 7 personas el proyecto ha ido creciendo poco a poco, todos colaborando para hacer trabajo de archivo, es decir, ordenarlos, ver a qué año corresponden los documentos y propiciar un ambiente ideal para los libros como la buena ventilación del espacio.
Luis Carlos, Carlos Hernández Navarrete, Marisel Isaza Camargo, Gilda Alexandra, Jara Saldaña, Jose Luis Legorreta y Miguel Ángel Corona Barajas han mantenido este proyecto en pie con ayuda de becarios, algunos extranjeros, para poder gestionar el archivo.
“Ha sido una reunión de documentos bastante interesante porque nos habla de cuestiones del activismo pero también de cuestiones personales, nos han emocionado algunas cartas de amor y desamor, nos han emocionado algunas cosas que tienen que ver con bares o expedientes médicos como el de Luis González de Alba” menciona Hernández.
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Al contener información muy personal, Alonso manifiesta que su archivo puede ser considerado como ilegal, esto debido al contenido sensible de los documentos como la orientación sexual, expedientes médicos o la identidad de género.
Así manifiesta que el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) ha tratado de proteger tanto estos datos que ha invisibilizado la historia y las vivencias LGBT+, de ahí la idea de formar un obituario dentro del archivo LGBTIQ+.
Dentro de este obituario se encuentra la memoria de personas miembros de la comunidad LGBTIQ que ya fallecieron, donados por los mismos fallecidos o por sus familiares, de esta forma las personas de la comunidad sexual pueden tener conocimiento de sus ancestros, cómo se le dió respuesta a enfermedades como el VIH/Sida .
“Este archivo resiste a un Estado que ha querido anularse, obligando que la ley general de archivos retome la ley de protección a datos personales pero la protección que se brinda no es a las víctimas, es a los victimarios” puntualiza el historiador.
De esta forma, Hernández argumenta que se conoce poco sobre acontecimientos históricos importantes para la comunidad LGBTIQ+ como el baile de los 41 o la violencia ejercida hacía homosexuales en Lecumberri.
“Hay una homofobia o una negligencia en la educación de archivistas o de gente que maneja archivos y que considera que nuestra historia no debería de existir, que nuestra historia no debería ser contada [.
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] Y así como los archivistas, también los familiares son los primeros en tirar las historias de vida de las personas LGBTI+, por eso dijimos, rescatemos lo que podamos hasta donde podamos” explicó Alonso para la redacción.
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Si bien existe un equipo que resguarda y conserva la colección contenida en Memorias Diversas, la intención del colectivo es crear un acervo comunitario, por lo que cualquier persona interesada en temas LGBTIQ+ puede solicitar acceso a él con un aviso previo.
Estudiantes, investigadores, y personas que no pertenezcan a la diversidad sexual también pueden tener acceso a él para fines de investigación, recreación, entre otras solicitando acceso por medio de una carta motivos donde expongas quien eres, de qué institución provengas o si acudes de manera personal.
Debido a que se trata de archivos históricos que requieren cuidado, las reglas para poder tener acceso a ellos son guantes de látex y cubrebocas.
Para el caso de las donaciones, personas que se sientan miembros de la comunidad LGBTIQ+ pueden donar sus pertenencias al acervo, “la idea es tener una estructura para que las personas donen sus cosas y encuentren un lugar para que su memoria no se pierda” relata Alonso.
“Si conservas algo, no lo tires y dale el valor, como población LGBT+ hemos pasado por procesos muy complicados como la pandemia de Sida que arrasó con o dos generaciones, por eso tenemos esta necesidad de reencontrar un lazo entre nuestras generaciones, este es un principal motivo por el cual se hizo el archivo”.
Además, gracias al contenido del archivo se han logrado cosas como catalogar la marcha LGBTIQ+ como patrimonio cultural, la realización de tesis y la creación de documentales.
Sin embargo, uno de los grandes logros del archivo es hacer que las personas de la comunidad LGBTIQ+ tengan derecho a la verdad, de esta forma, Alonso explica que la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha referido que cualquier persona afectada por el estado o cualquier institución que tenga poder tiene derecho a la memoria, a saber la verdad y obtener una compensación por lo que el Estado le falló.
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“El archivo sirve para exigir derechos, y eso es muy importante esto debido a que el estado mexicano hizo una persecución hacía las personas LGBTIQ+ y aún en muchos sitios siguen siendo perseguidos”.
Durante el recorrido que hizo la redacción por el archivo pudieron observarse expedientes médicos, cosas de sociedad de convivencia, libros que datan de los años 70’s, 80’s y 90’s, obras de arte, colecciones de películas eróticas, entre muchas otras cosas más.
Así como la redacción, puedes visitar el archivo con previa cita, de igual forma seguir su página virtual para conocer su acervo: https://archivosymemoriasdiversas.
org.
mx/acervo-documental/#page-content“El acervo ha servido también para que familias se encuentran, que las personas más jóvenes sepan que no son los primeros en pertenecer a la comunidad LGBT+, que los archivos den cuenta que tuviste una tía, un tío abuelo, un familiar que perteneció a la comunidad de la diversidad sexual y que esa memoria prevalezca” destaca Alonso.
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