La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos autorizó este jueves la venta sin receta de Opill de Perrigo, una píldora anticonceptiva que se toma una vez al día.
El medicamento, , estará disponible en farmacias y supermercados, así como en línea a principios del próximo año, dijo el fabricante Perrigo en un comunicado.
No habrá restricciones de edad en las ventas.
"La aprobación de hoy marca la primera vez que un anticonceptivo oral diario sin receta será una opción disponible para millones de personas en los Estados Unidos", dijo Patrizia Cavazzoni, directora del Centro de Evaluación e Investigación de Medicamentos de la Administración de Alimentos y Medicamentos.
Esto "puede ayudar a reducir la cantidad de embarazos no deseados y sus posibles impactos negativos", agregó la declaración de la FDA.
.
Ya hay varios países que han hecho que la píldora anticonceptiva esté disponible sin receta.
Sin embargo, en Alemania, se necesita una receta para obtener una pastilla.
La medida se produce después de que los estados de todo el país restringieran los derechos de aborto tras la decisión de la Corte Suprema de anular Roe v.
Wade.
Roe v.
Wade, un fallo histórico de 1973, estableció un derecho federal para interrumpir un embarazo.
Sin embargo, los estudios en la solicitud de la FDA de Perrigo comenzaron años antes de la revocación de la Corte Suprema.
La aprobación del jueves se produjo a pesar de algunas preocupaciones de los científicos de la FDA sobre si las mujeres con ciertas afecciones médicas subyacentes entenderían que no deberían tomar el medicamento.
La aprobación de la FDA se aplica solo a Opill, que se conoce como minipíldoras.
Es una clase más antigua de anticonceptivos que contienen una sola hormona sintética y generalmente tienen menos efectos secundarios que las píldoras de hormonas combinadas más populares.
La píldora se aprobó por primera vez en EE.
UU.
hace cinco décadas, pero no se comercializa aquí desde 2005.
Según la FDA, los efectos secundarios comunes de la píldora incluyen sangrado, dolores de cabeza, mareos, náuseas y calambres.
Las píldoras a base de hormonas han sido durante mucho tiempo la forma más común de control de la natalidad en los EE.
UU.
, desde la década de 1960.
Hasta ahora, todos requerían receta médica.
.
Las sociedades médicas y los grupos de salud de la mujer han impulsado un acceso más amplio a las píldoras, señalando que aproximadamente el 45% de los 6 millones de embarazos en los EE.
UU.
son no deseados.
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