Durante el posicionamiento de la Organización para la Cooperación Islámica (OIC), el embajador de Palestina en México, Mohamed Saadat, criticó que históricamente el gobierno de Israel ha recurrido a las mentiras para justificar sus crímenes de guerra.
Uno de los casos más emblemáticos que expuso Saadat fue el ataque de Israel a un campamento en Yenín, donde murió la periodista palestino-estadounidense Shireen Abu Akleh.
“Mientras ella estaba cubriendo lo que estaba pasando, cubriendo los crímenes del ejército de Israel en el campamento de Yenín, la mataron para que la verdad no llegue al mundo”, dijo.
Fue el 11 de mayo de 2022 cuando Shireen Abu Akleh recibió impactos de bala en la cabeza.
En un primer momento, el ejército israelí sostuvo que los disparos de algunos palestinos acabaron con la vida de la comunicadora.
Sin embargo, un mes y medio después, la Oficina de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) determinó que “fueron las fuerzas israelíes las que dispararon los tiros que acabaron con la vida de la periodista palestina Shireen Abu Akleh”.
“Toda la información que hemos recopilado, incluida la información oficial del ejército israelí y el fiscal general palestino, es consistente con la conclusión de que los disparos que mataron a Abu Akleh e hirieron a su colega Ali Sammoudi procedían de las fuerzas de seguridad israelíes y no de disparos indiscriminados por parte de personas palestinas armadas, como afirmaron inicialmente las autoridades israelíes”, dijo Ravina Shamdasani, portavoz de la Oficina de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos.
“Dijeron que el que mató a ella fue un palestino y poco a poco empezaron a confesar; después dijeron que fue por error que un soldado israelí la mató”, recordó el canciller Saadat.
A pesar de que Israel acusó una insurrección de algunos palestinos, la ONU también desestimó esta versión.
“La Oficina no ha encontrado nada que sugiera que hubo actividad de palestinos armados en las inmediaciones de los periodistas”.
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Mohamed Saadat recordó el caso de la periodista en un contexto en el que el gobierno de Israel ha buscado deslindarse del bombardeo al hospital Al-Ahli en la Franja de Gaza, que dejó medio millar de muertos.
El embajador lamentó que los pronunciamientos de Israel sean aceptados por muchos países de la comunidad internacional y cuestionó la credibilidad de la idea de que “una fuerza ocupante se siente amenazada por un pueblo ocupado”Saadat también destacó como otra mentira en la historia de la ocupación israelí la frase sionista de que Palestina era “una tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra”.
“¿Y nosotros qué? ¿Entonces no somos palestinos? …Esta fue la primera mentira que ellos usaron”, dijo el diplomático.
Al hacer una retrospectiva histórica, el representante de Palestina recordó las masacres en el campamento de Sabra y Shatila, en centros de refugiados de las Naciones Unidas.
Shireen Abu Akleh fue una reportera de origen palestino-estadounidense que durante más de dos décadas documentó la ocupación israelí en Palestina para el medio catarí Al Jazeera.
El 11 de mayo del año pasado su vida fue cesada por balas israelíes.
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De acuerdo con la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, poco después de las 6 de la mañana del 11 de mayo de 2022, siete periodistas, entre ellos Shireen, llegaron a la entrada del campo de refugiados de Yenín con el objetivo de dar cobertura informativa al arresto masivo de palestinos por fuerzas israelíes.
La oficina de la ONU detalla que cuatro de los periodistas portaban cascos y chalecos antibalas con la inscripción “Prensa” y mientras caminaban por una de las calles que conducía al campamento recibieron impactos de bala desde la posición del ejército de Israel.
“Una bala hirió a Ali Sammoudi en el hombro y otra bala alcanzó a Abu Akleh en la cabeza y la mató instantáneamente”, detalla la ONU.
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A pesar de que la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, instruyó a Israel a investigar los hechos, el gobierno israelí se negó y se limitó a aceptar la posibilidad de haber disparado por error.
Israel incluso se negó a colaborar con la investigación de la Agencia Federal de Investigación (FBI, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos.
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