El partido político que alguna vez fue hegemónico, hoy vive una debacle.
Sólo en el último año, el Partido Revolucionario Institucional (PRI), ha perdido sus bancadas de diputados locales en cuatro estados del país.
Estas fugas de fuerza política han ido acompañadas de desbandadas priístas.
En todos los casos coinciden las discrepancias con la dirigencia nacional del partidoFue en septiembre de 2022 cuando las diputadas locales Elia Sahara Sallard Hernández y Karina Zárate Félix las únicas dos legisladoras que llegaron al Congreso de Sonora por mayoría relativa abanderando al partido tricolor, renunciaron a su militancia partidista.
De forma inédita el PRI se quedó sin legisladores locales; Sallard y Zárate se unieron a MorenaCabe resaltar que desde un contexto histórico, el estado de Sonora es una de las cunas del priísmo actual.
En esta entidad nacieron exmandatarios como Adolfo de la Huerta, Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles; éste último fundó el Partido Nacional Revolucionario () que posteriormente —durante la presidencia de Lázaro Cárdenas— se convirtió en el Partido de la Revolución Mexicana (); fuerza política que antecede a lo que hoy es el Partido Revolucionario Institucional ().
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La renuncia de ambas diputadas locales al partido tricolor tuvo como detonante, entre otras razones, diferencias con la dirigencia nacional del PRI, encabezada por Alejandro Moreno Cárdenas.
Esta fue la primera ocasión que el Revolucionario Institucional se quedó sin bancada, pero no la única.
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Nueve meses después, el 20 de junio de 2023, el PRI sufrió nuevos cambios inéditos, pero en el estado de .
Ocho legisladores del Congreso Local y el dirigente estatal renunciaron a su militancia.
En esta amplia desbandada, también se sumaron al menos 15 presidentes municipales, 70 síndicos y regidores, así como integrantes de comités municipales.
Los ocho diputados y diputadas que abandonaron el partido en el Congreso de Hidalgo dejaron al PRI por primera vez en la historia sin representación legislativa en la entidad.
A diferencia de las diputadas locales de Sonora, las y los legisladores en Hidalgo se mantienen sin representación partidista.
Apenas una semana antes de la desbandada, el exgobernador de Hidalgo, Omar Fayad también renunció a su militancia priísta.
Cabe resaltar que actualmente Fayad Meneses es embajador de México en Noruega.
Esta renuncia colectiva de expriístas también tuvo como punto nodal discrepancias con la dirigencia de Alejandro Moreno; y además se señaló a la secretaria general del partido, Carolina Viggiano.
De forma paralela con la desbandada de Hidalgo, en Sinaloa comenzó otra fuga de políticos; exdiputados federales, exsenadores y líderes territoriales aprovecharon para renunciar a la militancia tricolor.
Fue sólo el comienzo en Sinaloa.
En otro paralelismo, pero en la capital del país, cuatro senadores — Miguel Ángel Osorio, Claudia Ruiz, Nuvia Mayorga y Eruviel Ávila— abandonaron las filas del PRI; todos por diferencias con la cúpula priísta.
Para julio de este año, el Revolucionario Institucional atravesó tres meses como la cuarta fuerza política en la Cámara Alta.
En los comicios de 2021, el PRI consiguió colocar ocho diputaciones en el Congreso de Sinaloa; sin embargo, para junio de este año, el diputado Feliciano Valle Sandoval ya había renunciado a su militancia y la legisladora Deysi Judith Ayala se declaró sin partido.
Apenas en septiembre pasado, el tricolor expulsó a Concepción Zazueta, Gloria Imelda Félix Niebla, Cinthya Valenzuela Langarica y Ricardo Madrid Pérez; todos diputados cercanos al exgobernador Quirino Ordaz, quien también resultó expulsado del partido.
Como Fayad, actualmente Ordaz Coppel es embajador de México en España.
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Estas fugas dejaron al Revolucionario Institucional con únicamente dos legisladores en el congreso: Sergio Mario Arredondo Salas y Luis Javier de la Rocha Zazueta.
No obstante, el 27 de noviembre Arredondo Salas también renunció a su militancia partidista, declarándose como legislador sin partido; el diputado se opuso a la dirigencia nacional y la alianza entre el PRI, PAN, PRD y el Partido Sinaloense.
Actualmente, sólo De la Rocha Zazueta representa al PRI en el Congreso de Sinaloa, pero al ser legislador único, no puede ser considerado como bancada.
La crisis que paulatinamente se ha extendido en el Partido Revolucionario Institucional no ha concluido.
En fechas más recientes, el pasado miércoles 20 de diciembre, la diputada local Anilú Ingram anunció su renuncia al partido tricolor.
Junto a ella otra veintena de políticos veracruzanos también renunciaron al PRI.
En conferencia de prensa, Ingram dio a conocer su desacuerdo con la cúpula partidista; “en el PRI de Alito yo no me quedo; es un acto de conciencia, congruencia y amor a mi estado, no podía quedarme a ser cómplice por omisión”, dijo.
Aprovechando que diversos mandos expriístas, como los senadores que se declararon sin partido en julio, anunciaron la creación de la Alianza Progresista, respaldo a la precandidata presidencial de Morena, Claudia Sheinbaum, Anilú Ingram también se sumó a la corriente.
Actualmente, en el Congreso Local todavía hay dos diputados locales del PRI: Arianna Guadalupe Ángeles Aguirre y Marlon Eduardo Ramírez Marín.
No obstante, la Ley Orgánica del Congreso de Veracruz establece que un grupo legislativo sólo se conforma con al menos tres legisladores.
Ante esto, los priístas no pueden ser considerados bancada.
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El mismo partido que gobernó de forma hegemónica durante 70 años y posteriormente consiguió una presidencia más entre 2012 y 2018; hoy ha perdido casi todos sus bastiones políticos.
Actualmente el PRI gobierna únicamente dos estados: Durango y Coahuila y su representación legislativa en el Congreso de la Unión, se mantiene como tercera fuerza política; por detrás de Morena y el PAN.
Sin embargo, hace una década el panorama político en México era distinto.
el Revolucionario Institucional regresó a la Presidencia de la República —después de dos sexenios de asueto encabezados por el PAN— de la mano de Enrique Peña Nieto; y en 2013, al menos 19 estados estaban gobernados por el PRIA pesar de esto, la cargada morenista 2018, encabezada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, menguó las huestes del tricolor.
Además de perder la titularidad del Ejecutivo Federal, de las nueve gubernaturas en juego el mismo año, el PRI sólo ganó una.
Para entonces el partido tricolor estaba encabezado por el michoacano Enrique Ochoa Reza.
Posteriormente, bajo la dirigencia nacional de Alejandro Moreno, el Revolucionario Institucional no pudo evitar más derrotas electorales.
En 2019 hubo dos procesos electorales: uno ordinario en Baja California y uno extraordinario en Puebla; y el PRI no pudo conseguir una nueva gubernatura.
En 2021 hubo 15 gubernaturas en juego y el tricolor no guardó ninguna.
Un año más tarde, en 2022, se disputaron en las urnas seis gubernaturas más.
El PRI, sólo en alianza con el PAN y el PRD, resguardó la de Durango.
Para este año se renovaron dos Ejecutivos locales más, y nuevamente en alianza, el PRI sólo mantuvo Coahuila, pero perdió el Estado de México, uno de los últimos bastiones priístas.
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