Un narcotraficante colombiano, Juan Carlos Araujo Durán, actualmente cumpliendo condena en una prisión venezolana por narcotráfico, organizó conciertos de Romeo Santos y Anuel desde su celda.
El plan salió a la luz cuando Romeo Santos llegó ocho horas tarde a su presentación en una base militar de Caracas, lo que desató el escándalo y llevó a las autoridades a investigar.
El concierto de Romeo Santos, originalmente programado para las 20:00 horas del domingo, inició a las 4:00 horas del lunes, cuando la mayoría del público ya se había retirado.
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Ante esto, las autoridades venezolanas comenzaron una investigación contra las promotoras del evento por abuso de la buena fe de los fans.
Juan Carlos Araujo Durán, desde su lugar de reclusión en la prisión El Rodeo II, a unos 53 kilómetros de Caracas, orquestó los conciertos con la complicidad interna de su lugar de reclusión.
El fiscal general, Tarek William Saab, señaló que Araujo Durán también estafó a los organizadores del concierto de Anuel celebrado en marzo.
El narcotraficante utilizaba estas empresas para "legitimar capitales", según informó el fiscal.
Además, se reveló que el director de la prisión El Rodeo II ya se encuentra privado de libertad por hechos de corrupción.
El gobierno venezolano ha estado llevando a cabo un plan de ocupación de centros de reclusión para recuperar el control de pandillas y desmantelar redes de extorsión y narcotráfico.
A pesar de estos esfuerzos, la prisión El Rodeo II no estaba entre las cárceles intervenidas.
Romeo Santos se disculpó con el público por la demora al subir al escenario y admitió que fue una "irresponsabilidad y una falta de respeto".
Cabe destacar que el gobierno aseguró que lleva 26 años de trayectoria y que nunca había llegado tarde ni faltado el respeto a su público, músicos o técnicos.
La situación ha generado controversia y cuestionamientos sobre la seguridad en el sistema penitenciario venezolano.
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