El diseño importa, pero la accesibilidad lo es todo.
Ya sea una app, una herramienta digital o un sitio web: si la navegación es un reto para el usuario, poco importa que el aspecto sea estético.
Al momento de elegir un software administrativo, lo que queremos es que nos sea de utilidad, no que batallemos con su interfaz y acabemos frustrados por no entender nada de su funcionamiento.
En los próximos párrafos, enlistaremos algunas características que te harán tomar la mejor decisión a la hora de elegir un sistema que te haga más fácil la administración de tu negocio.
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A grandes rasgos, te permite ejecutar cualquier operación contable en todo momento y en donde sea que te encuentres, claro, con las medidas de seguridad correspondientes.
También es útil para almacenar información en la nube, compartirla y/o trabajarla junto con otros colaboradores.
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Como podrás notar, se trata de un sistema mágico del que te beneficiarás ampliamente siempre y cuando lo sepas usar y de otro factor importante: que la interfaz esté bien desarrollada.
Todos hemos sucumbido a un diseño llamativo en alguna ocasión, en especial si lo vamos a incluir en nuestras labores diarias; esto no es malo, el problema está en que se nos dificulte encontrar ciertas funciones o no podamos concluirlas.
En esto te debes fijar para escoger el software administrativo perfecto:.
Significa que puedes aprender a utilizarlo sin necesidad de un instructivo; el mismo diseño es el que te lleva de la mano.
Por ejemplo, imagina que quieres utilizar el sistema para que te auxilie en el cálculo de ISR, pero resulta que, por más que buscas, no encuentras en dónde realizarlo, a pesar de que el software sí tiene esa funcionalidad.
En una interfaz fluida, esto no supondría un conflicto.
¿No te molestaría que el sistema estuviera repleto de información que ni siquiera es relevante? El diseño debe ser digerible, no representar una carga para el usuario, que al final preferirá regresar a sus antiguas prácticas contables que lidiar con una herramienta confusa.
La saturación de gráficos tiende a desencadenar un funcionamiento lento o muy tardado y que, de nuevo, nos lleva a lo planteado al principio: la eficacia no tiene por qué sacrificarse por un buen diseño, menos cuando está de por medio el cumplimiento de tus obligaciones fiscales.
Ambos elementos pueden trabajar de la mano para generar una experiencia satisfactoria, el balance es lo ideal, pues los usuarios tampoco desean un software simplón, con poco atractivo visual.
Antes de elegir un software administrativo, selecciona un abanico de opciones y evalúalas con cuidado, piensa en las necesidades que quieres cumplir y revisa que la interfaz sea manejable, de lo contrario, será más una carga que una ayuda.
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