Este jueves las elecciones generales de Pakistán se vivieron en medio de varios ataques violentos, de restricciones en la comunicación y una sensación de temor, un guión muy similar al de elecciones pasadas.
Más de 100 millones de paquistaníes salieron a las urnas para renovar el Parlamento, tras meses de incertidumbre marcados por atentados, líderes encarcelados y acusaciones de fraude electoral.
Según las autoridades, habrían alargado durante más de un año la cita electoral, pues esperaban que se calmaran los enfrentamientos tras la encarcelación del popular ex primer ministro, Imran Khan.
Al menos para 180 millones de votantes, quedaron suspendidos los servicios de telefonía móvil, esto como una medida de seguridad frente a las amenazas de violencia, además de que se cerraron las fronteras.
No obstante, el presidente de un colegio electoral, Azizullah Khan, dijo que "de un total de mil 28 votantes registrados, solo 150 depositaron su voto" en la primera mitad de la jornada.
Y es que, dijo que ejercer el voto en estas elecciones es un acto de riesgo, principalmente en las provincias de Baluchistán y Khyber Pakhtunkhwa, que han registrado ataques insurgentes.
Comisión Electoral de Pakistán comenzó el conteo de los votos poco después del cierre, 18 horas en la mayoría de los centros, y los primeros resultados preliminares se esperan cerca de la medianoche, aunque la ley establece hasta 14 días después de la votación para dar resultados definitivos.
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