La comunidad de Hamburgo se encuentra en el centro de un debate acalorado después de que las autoridades confiscaran un caimán de 11 pies y 750 libras que vivía en una piscina dentro de una casa local.
Albert, el caimán de 34 años, había sido cuidado por su dueño, Tony Cavallaro, durante décadas.
Cavallaro había convertido su hogar en un refugio para su querida mascota, permitiendo incluso que los niños nadaran con el gigantesco reptil.
Sin embargo, la situación se tornó controversial cuando el Departamento de Conservación Ambiental del estado (DEC) intervino y capturó al caimán el miércoles pasado.
Según los funcionarios, el animal presentaba problemas de salud como ceguera y complicaciones en la columna vertebral.
La controversia se intensifica por varios motivos.
Cavallaro no tenía licencia válida para poseer al caimán, ya que la suya expiró en 2021.
Además, la ley de Nueva York prohíbe la posesión de caimanes como mascotas.
El propietario, por su parte, argumenta que había intentado renovar su permiso, pero que el DEC ignoró sus solicitudes.
A través de una petición en línea, Cavallaro defiende su cuidado hacia Albert, asegurando que era un dueño responsable y que el animal no representaba una amenaza.
Las autoridades, en cambio, sostienen que el caimán era un peligro para el público, especialmente por su estado de salud y la falta de medidas de seguridad adecuadas en la propiedad.
Futuro incierto para AlbertMientras tanto, Albert ha sido trasladado a un cuidador autorizado mientras se busca un lugar adecuado para su cuidado a largo plazo.
Aunque Cavallaro no enfrenta cargos por ahora, el DEC no descarta tomar medidas legales en el futuro.
La comunidad de Hamburgo ha expresado su apoyo tanto a Cavallaro como a Albert en las redes sociales.
Muchos argumentan que el caimán era un animal gentil que no representaba una amenaza, destacando el vínculo especial entre Cavallaro y su mascota.
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