Al menos cuatro muertos tras el terremoto en Taiwán, el mayor en 25 años.
El sismo, que ha dejado al menos cuatro muertos y más de 50 heridos, ha causado cuantiosos daños materiales, especialmente en la zona de Hualien.
Los cuatro fallecidos se han registrado en este condado: tres de ellos eran excursionistas que caminaban por el Parque Nacional Taroko, mientras que el cuarto era un camionero que fue golpeado por un alud de rocas a su paso por la autopista Suhua.
El temblor y sus sucesivas réplicas provocaron cuantiosos daños materiales en Hualien, donde numerosos edificios e infraestructuras se han visto afectados.
Al menos dos bloques de viviendas están parcialmente colapsados, y varias carreteras han sido cerradas, dejando a numerosas personas y vehículos atrapados.
La mayor productora de semiconductores del mundo, la Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC), se ha visto obligada a evacuar a parte de los empleados de sus instalaciones, cuyos sistemas de seguridad "están funcionando correctamente".
En Taipéi, el terremoto se sintió durante al menos una hora y media, aunque no se han detectado grandes daños.
La presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, pidió a la población que mantenga la calma y extreme las precauciones, puesto que es probable que se produzcan nuevas réplicas de magnitudes de entre 6.
5 y 7 en los próximos días.
La Agencia Meteorológica de Japón también advirtió del riesgo de que se produzcan terremotos adicionales en los próximos días.
Este terremoto es un recordatorio de la vulnerabilidad de Taiwán a los desastres naturales.
La isla se encuentra en una zona sísmica activa y ha sido golpeada por numerosos terremotos a lo largo de su historia.
El gobierno taiwanés ha sido elogiado por su rápida respuesta al terremoto.
Las autoridades han desplegado equipos de rescate y emergencia en la zona afectada y están trabajando para proporcionar asistencia a las víctimas.
La comunidad internacional también ha expresado su solidaridad con Taiwán.
Estados Unidos, Japón y otros países han ofrecido ayuda para las labores de rescate y recuperación.
El terremoto de Taiwán es un trágico suceso que ha causado dolor y sufrimiento a muchas personas.
Sin embargo, la rápida respuesta del gobierno y la solidaridad de la comunidad internacional son un motivo de esperanza para el futuro.
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