Legisladores estadounidenses están alarmados por el presunto uso de fondos públicos para investigaciones en colaboración con un laboratorio controlado por el ejército chino, destinadas a aumentar la peligrosidad del virus de la gripe aviar.
Esta preocupación surge en un contexto de incertidumbre sobre las posibles consecuencias de estos estudios y su impacto en la seguridad nacional y la salud pública global.
El debate se intensificó tras la revelación de que un millón de dólares del presupuesto del Departamento de Agricultura de Estados Unidos se destinaron a un proyecto de colaboración con la Academia China de Ciencias, supervisora del laboratorio de Wuhan.
Esta investigación busca evaluar la posibilidad de aumentar la transmisibilidad del virus de la gripe aviar entre mamíferos, incluyendo seres humanos.
La preocupación de los legisladores se refleja en una carta enviada al Secretario del USDA, Tom Vilsack, por un grupo bipartidista de dieciocho miembros del Congreso.
Argumentan que estas investigaciones financiadas con dinero de los contribuyentes podrían conducir a la creación de nuevas cepas virales, representando una amenaza tanto para la seguridad nacional como para la salud pública a nivel global.
Aunque el proyecto comenzó en abril de 2021 y está programado hasta marzo de 2026, continúa a pesar de las restricciones recientes sobre investigaciones similares y la creciente preocupación sobre estudios chinos que podrían haber desencadenado la pandemia de coronavirusLa reciente noticia del contagio de un granjero en Texas con la cepa H5N1 del virus de la gripe aviar ha avivado aún más los temores.
Aunque la transmisión de persona a persona de esta cepa no ha sido documentada, la facilidad con la que el virus parece saltar entre especies y evolucionar aumenta el riesgo de que eventualmente pueda adaptarse para infectar más fácilmente a los humanos.
Sin embargo, muchos científicos argumentan que es poco probable que esto ocurra.
Además, el presidente Joe Biden anunció recientemente colaboraciones con más de 50 países para identificar y responder a enfermedades infecciosas antes de que puedan desencadenar una pandemia, lo que refuerza los esfuerzos para prevenir la aparición de nuevos virus mortales.
En medio de estas preocupaciones, el debate sobre la ética y la seguridad de la investigación científica en colaboración con regímenes autoritarios como China continúa.
La transparencia y la regulación adecuada son fundamentales para garantizar que los avances científicos se utilicen para el bien común y no para fines que pongan en peligro la seguridad y el bienestar de la humanidad.
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