En un evento trágico que ha sacudido los cimientos de la comunidad educativa en Guerrero, Benjamín Adame Pereyra, subsecretario de Planeación Educativa de la Secretaría de Educación Pública del estado, fue encontrado muerto en su residencia en Chilpancingo.
Los detalles de este horripilante suceso aún están emergiendo, pero los primeros informes indican que fue víctima de un brutal ataque durante la madrugada de este miércoles.
El cuerpo del exservidor público fue localizado en un pasillo de su domicilio en El Ocotito, una localidad del Valle de Chilpancingo, donde residía.
Según fuentes preliminares, el ataque fue perpetrado por un grupo armado que ingresó violentamente a su hogar.
Las autoridades encontraron a Adame Pereyra con múltiples heridas de arma blanca, lo que sugiere una confrontación directa con sus agresores.
La Fiscalía General del Estado ha tomado cartas en el asunto y ya ha iniciado una carpeta de investigación para esclarecer los móviles detrás de este atroz crimen.
"La Fiscalía General del Estado, inició Carpeta de Investigación en contra de quien o quienes resulten responsables, por el delito de homicidio por arma blanca, cometido en agravio de Benjamín" N", por los hechos ocurridos en la localidad del Valle del Ocotito, perteneciente al municipio de Chilpancingo”, mencionaba el comunicado oficial.
Un reporte de Quadratín apunta que las heridas fueron provocadas por un objeto punzocortante.
Además, Fuerza Informativa Azteca sugiere que el motivo podría haber sido un robo, aunque esta teoría aún debe ser confirmada por las investigaciones en curso.
La comunidad local y los colegas de Adame Pereyra se encuentran en estado de shock, esperando respuestas y justicia para el fallecido funcionario.
La muerte de Benjamín Adame Pereyra no solo es una gran pérdida para su familia y amigos, sino también para el sistema educativo en Guerrero.
Siendo subsecretario de Planeación Educativa, Adame Pereyra desempeñaba un papel crucial en la formulación de políticas educativas para mejorar la calidad de la educación en el estado.
Su ausencia plantea un vacío significativo en la administración, y plantea interrogantes sobre la seguridad de otros funcionarios en la región.
En respuesta a este incidente, las autoridades estatales han prometido aumentar las medidas de seguridad para los funcionarios públicos, especialmente aquellos que residen en áreas vulnerables a la violencia.
El gobernador de Guerrero ha convocado una reunión de emergencia para discutir las estrategias de seguridad y asegurar que este crimen no quede impune.
La comunidad educativa ha organizado vigilias y homenajes en memoria de Adame Pereyra, destacando su dedicación y su labor incesante por mejorar la educación en Guerrero.
Mientras tanto, la investigación sigue su curso, con la esperanza de que la justicia prevalezca para Benjamín Adame Pereyra y su afligida familia.
La sociedad guerrerense sigue de cerca el caso, exigiendo respuestas y medidas concretas para prevenir futuras tragedias de esta naturaleza.
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