La tranquila ciudad de Merlo, en Buenos Aires, se vio sacudida por un escalofriante acto de violencia doméstica el pasado domingo.
Los vecinos fueron testigos de una discusión acalorada seguida de gritos desgarradores de auxilio que alertaron a las autoridades locales.
Al llegar a la residencia ubicada en José Martí al 500, la policía se encontró con una escena aterradora: un hombre y una mujer cubiertos de sangre.
Alejandro Guiñazú, de 43 años, había apuñalado brutalmente a su pareja, Soledad Ibáñez, de 42 años, con un total de 25 puñaladas.
El horror se intensificó cuando Alejandro, con un cuchillo en la mano, desafió a la policía, instándolos a que le dispararan e incluso pidiendo que le dieran un tiro en la cabeza.
Las autoridades intentaron disuadirlo disparando al suelo y al techo, finalmente logrando su detención.
Sin embargo, para Soledad no hubo salvación.
A pesar de los esfuerzos del personal médico, fue declarada muerta en el lugar.
La autopsia reveló las espantosas 25 heridas de arma blanca que cubrían su cuerpo.
El pasado de Alejandro arroja una luz aún más sombría sobre este Líder de la oposición surcoreana logra sobrevivir a puñalada en el cuello.
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