La noticia del brutal asesinato de María José, una joven de 17 años, por su vecino Miguel N, quien posteriormente fue descubierto como un posible feminicida serial, ha sacudido los cimientos de la sociedad mexicana.
Este caso es solo un ejemplo del alarmante nivel de impunidad que supera el 90% en crímenes contra mujeres en México, un tema que Mónica Ramírez Cano, una destacada psicóloga y criminóloga, ha explorado a lo largo de su carrera.
El perfil público de Miguel N, un laboratorista clínico que se presenta como un activista vegano y amante de la naturaleza, contrasta enormemente con la monstruosidad de sus crímenes.
Esta paradoja es común entre los asesinos seriales, según Ramírez Cano, quienes a menudo construyen una fachada de normalidad para integrarse en la sociedad mientras ocultan su verdadera naturaleza depredadora.
Lo que agrava la situación en México no es solo la frecuencia de estos crímenes sino la manera en que estos asesinos son capturados.
En el caso de Miguel N, su arresto ocurrió por casualidad, durante la comisión de un crimen, y no como resultado de una investigación proactiva.
Este patrón de detención fortuita es un reflejo de un problema más grande en el sistema de justicia, donde la falta de investigaciones efectivas permite que la impunidad prevalezca.
Mónica Ramírez Cano, quien ha perfilado a varios criminales notorios y ha contribuido en la comprensión de sus psicologías, sugiere que entender la mente de un asesino serial es clave para prevenir futuros crímenes.
Estos individuos no se convierten en asesinos de la noche a la mañana; siguen un proceso gradual y, a menudo, tienen antecedentes de conducta delictiva desde jóvenes.
Según Ramírez Cano, tratar a los asesinos seriales como delincuentes comunes es un error.
La serialidad implica una comprensión psicológica profunda para abordar las necesidades emocionales y psicológicas que llevan a una persona a cometer estos actos repetidamente.
Además, el análisis de la 'firma' de un asesino puede revelar mucho sobre su personalidad y motivaciones.
Uno de los aspectos más críticos que Ramírez Cano destaca es la necesidad de escuchar a las víctimas y sus familias, quienes a menudo son ignoradas por las autoridades.
La implementación de protocolos efectivos y una mayor atención a las denuncias podrían mejorar significativamente la respuesta a estos crímenes.
Sin embargo, la falta de recursos y la ineficiencia a menudo resultan en que muchos crímenes queden sin resolver.
El fenómeno de la impunidad en feminicidios seriales en México es un tema complejo que requiere un enfoque multidimensional.
Mónica Ramírez Cano aboga por una revisión del sistema de justicia que no solo busque castigar, sino también prevenir y entender estos crímenes desde una perspectiva psicosocial y cultural.
Además, insiste en la urgencia de dar prioridad a la búsqueda de personas desaparecidas y la implementación de un sistema de justicia más efectivo y empático.
Este análisis de Mónica Ramírez Cano no solo ilumina los desafíos enfrentados por el sistema penal en México, sino que también nos urge a reflexionar sobre cómo podemos, como sociedad, responder mejor a la amenaza persistente de violencia contra las mujeres y combatir la impunidad que permite a estos.
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