segundo debate presidencial entre las candidatas y el candidato, los ataques, sobrenombres y apoyos visuales se volvieron estrategias clave para reforzar sus posturas y criticar a sus oponentes.
Claudia Sheinbaum de Sigamos Haciendo Historia y Xóchitl Gálvez de Fuerza y Corazón por México se enfocaban en debilitar y cuestionar mutuamente sus proyectos políticos, Jorge Álvarez Máynez de Movimiento Ciudadano optaba por mantener su enfoque positivo, utilizando gestos amigables y lenguaje de señas.
Xóchitl Gálvez aprovechó las discusiones sobre el abasto de agua para exponer la problemática de la contaminación en la Ciudad de México, desafiando a Sheinbaum a tomar un trago de agua recolectada en áreas afectadas.
Tras las acusaciones de Sheinbaum contra Gálvez por supuestos contratos millonarios, Gálvez respondió con una fotografía del exesposo de Sheinbaum, acusándolo de robo.
Sheinbaum se defendió de los ataques de Gálvez relacionándola con casos de corrupción inmobiliaria.
Las candidatas optaron por utilizar sobrenombres en lugar de nombres o apellidos, con Gálvez llamando constantemente a Sheinbaum "la candidata de las mentiras", mientras que Sheinbaum llamaba a Gálvez "la candidata del PRIANla corrupta.
Álvarez Máynez criticó el proceso electoral en la Ciudad de México, señalando presuntos casos de corrupción inmobiliaria y enfrentamientos con la candidata Clara Brugada.
Aunque nuevamente, el candidato de Movimiento Ciudadano mantuvo su enfoque optimista y utilizó lenguaje de señas para comunicarse con la comunidad sorda, repitiendo la fórmula que lo destacó en el primer debate.
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