A medida que se profundiza en el caso del presunto feminicida serial de Iztacalco, surgen nuevas historias que arrojan luz sobre posibles víctimas olvidadas.
Una de ellas es Claudia Andrea, cuya vida y muerte plantean interrogantes y sospechas sobre la actuación de las autoridades encargadas de investigar su caso.
Claudia Andrea nació en 1988 en Cuautla, Morelos, y se trasladó a la Ciudad de México a los 17 años para estudiar en el Instituto Politécnico Nacional.
Fue allí donde conoció a Miguel 'N', presunto feminicida serial, en un laboratorio en el año 2013.
Según su hermano, José Ángel, Claudia y Miguel compartían la profesión de químicos y, posteriormente, se reencontraron en el Hospital Ángeles de México, donde él trabajaba.
A pesar de que Claudia mostró temor en ciertas ocasiones cuando estaba a solas con Miguel, en 2019 decidieron iniciar una relación sentimental.
Esta decisión resultó fatal para Claudia.
Después de viajar a Cuautla para pasar las fiestas decembrinas con su familia, regresó sola a la Ciudad de México el 31 de diciembre.
Sin embargo, días después, su cuerpo fue encontrado sin vida.
La versión oficial de la Fiscalía de la Ciudad de México concluyó que Claudia murió de causas naturales, específicamente, de un paro cardiorrespiratorio.
Sin embargo, su familia cuestiona esta conclusión, ya que varios elementos de la investigación apuntan a circunstancias sospechosas.
Uno de los aspectos más preocupantes es el uso de la tarjeta bancaria de Claudia después de su muerte.
José Ángel reveló que la tarjeta de su hermana fue utilizada en diversas compras días después de su fallecimiento, lo cual levanta serias dudas sobre la causa de su muerte y la gestión de la investigación por parte de las autoridades.
A pesar de presentar pruebas contundentes sobre estas irregularidades, la familia de Claudia se encontró con la negativa de las autoridades para investigar más a fondo el caso.
Incluso recibieron amenazas por parte de un comandante de la Policía de Investigación cuando intentaron obtener respuestas.
Ante esta situación, la familia de Claudia Andrea exige a la Fiscalía de la Ciudad de México que reabra la investigación sobre la muerte de su hermana y que se esclarezcan todas las circunstancias que rodearon su trágico final.
Su historia, junto con la de otras posibles víctimas del presunto feminicida serial de Iztacalco, destaca la importancia de una investigación exhaustiva y transparente para garantizar justicia para las víctimas y sus familias.
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