Un día, tu teléfono no para de recibir notificaciones; al siguiente, el silencio es absoluto.
La persona que parecía ser un pilar emocional, ahora ha desaparecido sin dejar rastro.
Esta abrupta interrupción de comunicación, conocida como ghosteo, se ha convertido en una práctica alarmantemente común en la era digital.
Claudia Ivethe Jaen Cortés, académica de la Facultad de Psicología, define el ghosteo como la acción de "desaparecer" sin explicaciones, bloqueando y evitando cualquier forma de contacto con la otra persona.
Según Jaen Cortés, el ghosteo es una estrategia empleada indistintamente por hombres y mujeres en cualquier tipo de relación, ya sea cara a cara o virtual.
Es un fenómeno que se ha intensificado gracias a la omnipresencia de los medios electrónicos de comunicación.
En México, más del 78% de la población utiliza un smartphone, lo que facilita este tipo de comportamiento abrupto y sin confrontación.
La especialista subraya que el uso de dispositivos móviles ha transformado la manera en que las parejas se comunican, propiciando nuevas formas de interacción y, lamentablemente, también nuevas formas de agresión emocional.
El ghosteo no es un fenómeno nuevo; el acto de desaparecer de la vida de alguien ha existido siempre.
Sin embargo, la facilidad con que se puede ahora ejecutar gracias a la tecnología lo ha hecho más común y notablemente más doloroso.
"El ghosteo puede ocasionar daños emocionales significativos", explica Jaen Cortés.
Las investigaciones muestran que entre un 13 y un 30 por ciento de las personas han sido víctimas de ghosteo, sufriendo consecuencias como tristeza, ansiedad, y una disminución de la autoestima.
Las relaciones de pareja están evolucionando y con ellas, los compromisos y expectativas.
En la actualidad, las razones para mantener una relación han cambiado dramáticamente, desplazándose desde necesidades económicas o sociales hacia un enfoque más personal y emocional.
Este cambio ha dado pie a que técnicas como el ghosteo se vuelvan más frecuentes y devastadoras.
"El ghosteo representa una forma de violencia emocional que puede dejar cicatrices a largo plazo en quienes lo experimentan", continúa la académica.
Además de la tristeza y el dolor, este comportamiento puede generar problemas serios como depresión y dificultades para confiar en futuras relaciones.
Es crucial que las parejas, especialmente las más jóvenes, practiquen la responsabilidad afectiva.
Esto significa reconocer el impacto que nuestras acciones digitales tienen sobre los demás.
"En el contexto de aplicaciones como Tinder, hemos observado que los hombres tienden a ghostear más que las mujeres, que prefieren usar plataformas como Facebook o WhatsApp", señala Jaen Cortés.
Además del ghosteo, existen otras conductas problemáticas como el monitoreo excesivo o el stalkeo, que pueden degenerar en control y coacción dentro de la relación.
Crear cuentas falsas para vigilar a la pareja o presionar para compartir contenido sexual son ejemplos de cómo la tecnología puede fomentar la violencia psicológica y emocional.
Para combatir estos problemas, Jaen Cortés recomienda establecer comunicación clara sobre las expectativas y necesidades en la relación.
"Es fundamental practicar el buen trato, establecer límites claros y ser honestos sobre nuestras necesidades afectivas, económicas y sexuales", concluye la experta.
A través de una mayor conciencia y educación sobre estas dinámicas, podemos esperar construir relaciones más saludables y respetuosas en el ámbito digital.
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